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Autor:

Juventud Rebelde

Un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sostiene que las irregularidades laborales pueden afectar la salud de las personas al someterlas a elevados niveles de estrés, y con ello, a todos los mecanismos de reacción que se generan en el organismo ante presiones externas, lo cual tendría un 50 por ciento más de riesgo de provocar enfermedades coronarias graves.

El equipo investigador del Centro para la Adicción y la Salud Mental determinó que una salud mental y física disminuida puede estar muy relacionada con los trabajos precarios, es decir, con contratos temporales o a tiempos parciales, bajos salarios y escasos beneficios.

Mientras, los trabajos de mayor demanda, bajo control y cuyo esfuerzo no se ve recompensado debidamente, son factores agravantes del riesgo de sufrir problemas físicos y psíquicos, entre los que se encuentran la depresión y la ansiedad.

De acuerdo con la OMS, en el mundo existen 340 millones de personas que sufren depresión, una buena parte de ellas no son atendidas o no reconocen su padecimiento. Quienes la padecen suelen sentirse agobiados por la tristeza y los sentimientos de culpa, hasta llegar a creer que han fracasado por completo.

El estrés es una respuesta o reacción de emergencia emitida por el organismo en situaciones de alarma o de peligro. Pero cuando la persona mantiene esa conducta por tiempo prolongado, la reacción puede traducirse en tensión muscular, hipertensión arterial, producción anormal de azúcar en sangre, entre otras afectaciones.

Esta tensión influye negativamente por varias vías como los cambios de hábitos relacionados con la salud, las alteraciones producidas en los sistemas fisiológicos (el sistema nervioso autónomo y el sistema inmune), o por los cambios cognitivos que pueden afectar la conducta, las emociones, y aumentar conductas no saludables como el tabaquismo, el alcoholismo y la comida en exceso.

De ahí que los doctores insistan en que el individuo debe adaptarse, no solo a las crisis o los golpes imprevistos del «destino», sino también a las constantes e imprecisas exigencias de la vida diaria.

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