CÁRDENAS, Matanzas.— A los avioncitos del parque infantil Por los caminos de la historia se les cayó la pintura recién aplicada. El jolgorio duró poco para los pioneros que rescatan esa instalación. Ahora, entre risas, los pintaron con vinil, sustancia para paredes que no se adhiere a los metales.
Otras anécdotas curiosas pudieran contarse del esfuerzo colectivo por salvar y entregar un sitio apacible donde los niños disfruten. Los 155 pioneros de aquí a quienes se les otorgó la condición de militantes de la UJC como parte del proceso de crecimiento especial de noveno grado, se propusieron trabajar en una obra social y en esos menesteres los encontramos durante nuestra visita a la Ciudad Bandera.
A los 14 años de edad todavía se juega mucho. Nadie pretendería pedirles peras al olmo, pero al verlos contentos, jaraneando, y a la vez asumiendo responsabilidades, se siente felicidad.
Rápido al futuroCon un grupo de los nuevos militantes compartimos la faena vespertina. Ellos no ocultan la alegría, aunque en las miradas se nota ese anhelo por llegar más rápido de la cuenta al futuro. Nos acercamos a una niña vivaz nombrada Liz Hernández Pérez, de la ESBU Félix Varela: «Es un honor y un orgullo ingresar a la UJC. Me siento muy feliz, al igual que mi familia».
Mientras limpiaban, chapeaban o pintaban los aparatos y muros, algunas familias llegaron con sus pequeñines a disfrutar. Nada de eso impidió que los nuevos militantes continuaran su labor.
«Todo pionero sueña con alcanzar esa condición, y ahora aportamos en esta obra social. No estoy asustado, me siento feliz de llevar adelante cualquier tarea para que la Revolución siga adelante», asegura Argelio Morales Peña, también estudiante de la Varela.
No crea el lector que todo era puro esfuerzo y sudor. Algunos se escabullían hasta las hamacas o cachumbambés. Claro, solo por un momento, para luego continuar con el machete rebanando el césped.
Elián y sus compañeritos durante el rescate del parque Por los caminos de la historia. Foto: Leticia Arango Elián González Brotoms, quien comparte la faena y la alegría, reconoce que siempre le gustó integrar las filas de la Juventud Comunista: «Con esta condición ganamos mayor compromiso con la Revolución», nos dice este jovencillo delgado, inquieto, sonriente, que todos conocen y admiran, y que comparte la sed, el chiste y el trabajo como uno más.
Al comentar sobre el proceso de selección, Elián sostuvo que les impartieron seminarios para enseñarles el funcionamiento de la UJC, el compromiso que entraña ser militante comunista, que implica ser mejor estudiante cada día, más combativo ante las indisciplinas.
Mirando y conversando con el Elián de hoy, sentimos un estremecimiento. Sus buenas relaciones con el grupo, locuacidad, su carácter jaranero, como un cubanito más, el carisma que posee... hacen recordar la felicidad del pueblo que tanto luchó por su regreso, y a Fidel con su anhelo de verlo convertido en ejemplo de buen estudiante y patriota.
El líder de la Revolución sentenció, en el año 2000, lo que significaba encaminar la educación de Elián por los derroteros de la modestia, el amor a la Patria, el humanismo y la solidaridad: «Nuestros abnegados maestros y pedagogos deberán llevar a cabo la obra maestra de convertirlo en un niño modelo, digno de su historia y de sus simpatías y su talento, para que sea siempre, a la vez que un ciudadano normal, un símbolo, un ejemplo y una gloria para todos los niños de nuestro país, y un orgullo para la educación de Cuba».
Elián, actual jefe de colectivo de la ESBU Esteban Hernández, confiesa que ahora, como militante, es mayor el compromiso: «Fidel y Raúl pueden contar con nosotros, que no los defraudaremos».
Otro de sus compañeritos de escuela, Nelson Álvarez, manifiesta que estando inmersos en el proceso recibieron una buena preparación política, con actividades que incluyeron trabajos voluntarios, visitas a centros de interés histórico, la celebración de fechas importantes, la participación en actos y en concursos pioneriles.
Tampoco Alejandro Govantes Aldama, de la ESBU Víctimas de La Coubre, oculta su entusiasmo, al considerar que este es el mérito más importante en la vida de un estudiante, y que implica ejemplaridad en la escuela y la cuadra.
Amigos entrañablesEl proceso excepcional de otorgamiento de la militancia de la UJC a los jóvenes de noveno grado comienza en los propios comités de base de las escuelas, en los que los militantes emiten sus propuestas de los estudiantes que cuentan con potencialidades. También se consulta al Profesor General Integral del alumno, quien brinda detalles sobre su actitud ante las tareas.
«En el caso de Leidys Arango y Elián González, se me realizó la consulta y se corroboró que son ejemplos para sus compañeritos y cumplen con las tareas», precisó a este diario el profesor Renier García Gómez, de 23 años de edad, quien concluye con Diploma de Oro sus estudios de Licenciatura en Educación en la especialidad de PGI de Secundaria Básica, en la sede pedagógica municipal Nicolás Guillén.
«Para el crecimiento especial se tiene en cuenta la trayectoria estudiantil durante los tres años de Secundaria Básica. En el caso de Elián se ha visto el despertar de esas cualidades de ejemplaridad, de líder, de sencillez, modestia, de ser ejemplo ante el resto de sus compañeros. Es muy humano, solidario, y asume con madurez cada tarea que se le asigna».
—En estos tres años, ¿en qué evolucionó más Elián?
—En su forma de relacionarse con los compañeros, de desenvolverse en un colectivo, en su madurez; en ser más desinhibido, menos tímido, en convertirse en líder innato. Las ideas le salen espontáneamente y sabe dirigir un equipo. Es el jefe de colectivo de la escuela, que ha avanzado con él al frente en la emulación pioneril.
«También obtuvo el primer lugar municipal en natación. Participa en todos los concursos, en actividades dentro y fuera del centro. Es un alumno integral, aunque muy intranquilo, jaranero, un adolescente cubano. Le encanta bromear y desarrolla mucha actividad».
—¿Qué le viene a la mente cuando sus alumnos pasan a otra enseñanza?
—A todos los extrañaré, pero específicamente en el caso de Elián me da una gran alegría verlo convertido en ese joven que el Comandante soñó cuando, tras su regreso, hizo un llamado para convertirlo en lo que vemos hoy. Desde el principio nos relacionamos bien. Yo siempre un poco más tímido que él en la relación, pero él mismo te da entrada, se deja querer y se entrega en una relación de amistad sin límites.
«Me siento satisfecho y honrado, ha sido una experiencia que me acompañará toda la vida como ser humano y profesor, porque me ha aportado mucho estar junto a él y sus compañeros. Al principio sentí miedo por la alta responsabilidad, pero nunca tuve dudas. Sentí temor a no cumplir las expectativas, a no lograr con él lo que se esperaba, pero no fue difícil porque la mayor parte la hizo él mismo».
Tras la moraleja de Harry Potter
SANTIAGO DE CUBA.— Victoria Margarita Villarreal Lesmes tiene los bríos de los 15 años y la madurez de quien repara en las esencias.
Por eso, cuando se enteró de que este 14 de junio, coincidiendo con el cumpleaños 80 del Guerrillero Heroico y el 163 del Titán de Bronce, recibiría el carné de militante de la Unión de Jóvenes Comunistas, como parte del crecimiento especial a pioneros de noveno grado que realiza la Organización de Pioneros José Martí, pensó en su vida estudiantil y en Harry Potter, su héroe literario favorito.
Con el popular personaje, confiesa, asimiló que los problemas del mundo mágico pueden ser muy reales y que la sencillez, el amor y el humanismo son las mejores maneras de triunfar en la vida.
De su pasión por la Historia, de noches de lectura en su casa de Santa Lucía y Padre Pico, en el mismo corazón de la ciudad de Santiago de Cuba; de los Encuentros con Clío y otras actividades en su escuela —la ESBU Camilo Cienfuegos, de la Ciudad Heroína—, aprendió con el Che que ser militante demanda sacrificio, consagración y consecuencia; y con Maceo, que es preciso tener temple, firmeza y decisión siempre a mano, para enfrentar lo mal hecho y no dejarse amilanar por las dificultades.
Esas lecciones, que siguió durante tres cursos en su escuela, como presidenta del consejo de colectivo desde el séptimo grado, empeñada en hacer justo y dinámico el trabajo pioneril en su colectivo, y como pionera preocupada por estar entre los primeros estudiantes, le han ayudado a crecer como ser humano.
Desde su mundo adolescente se ha acercado a esa posición de vanguardia que cree imprescindible en todo joven comunista; así que para nada le asusta tener una militancia política tan tempranamente. «A ser responsable se aprende asumiendo tareas», dice, y sus negros ojos y su rostro jovial transpiran decisión.
Quizá porque intensas jornadas como dirigente pioneril —con lágrimas y sonrisas, sonrojos y contradicciones incluidas— le han enseñado muchas claves para ser exigente, flexible y amigable, reflexiva y para ponerse en el lugar de los otros, entrar a la UJC la entusiasma más allá de las expectativas de rigor y compromiso con que asocia a la organización.
En lo adelante seguirá repartida entre sus responsabilidades, su amor por la Historia, el Inglés o las Matemáticas, sus deberes como hija «que debe retribuir los desvelos de una madre que le da todas las facilidades»; el casino, el ajedrez, el alemán, la música de Los Beatles y cuantos retos vengan.
Tanta «carga», confiesa, muchas veces la llena de estrés y y la ha obligado a postergar para las vacaciones cosas que le gustan, pero para ella estar siempre ocupada en cuestiones útiles es más que la necesidad de un temperamento inquieto o la satisfacción de hacer dentro de la Organización de Pioneros.
A su condición de militante, dice, incorporará lecciones esenciales que le ha regalado hasta hoy la vida, como que no es posible quedar bien con todo el mundo; que cuando se tiene un cargo o responsabilidad los defectos y virtudes se amplifican ante los demás; que si uno asume seriamente una tarea debe hacer todo lo posible por no quedar mal... y sobre todo, que aparejado al orgullo de ingresar a la UJC —algo que muchos otros pioneros sienten en este junio— debe estar la voluntad de ser consecuentes con las actitudes que los han llevado a estar entre los primeros: ser laboriosos, incondicionales, responsables.
Si de veras consigue en el futuro llevar adecuadamente la responsabilidad que hoy asume, advierte, le gustaría ingresar a las filas del Partido Comunista; tanto como estudiar Psicología o Derecho, dos especialidades que le apasionan, a pesar de sus contrastes, porque le permiten ayudar a otras personas. Dice así, y en su gesto se desborda la magia, esa que es capaz de hermanar la sinceridad y la inocencia. Otra vez salen a relucir las lecciones de Harry Potter. (Odalis Riquenes Cutiño)