Un novedoso programa que aporta disfrute y conocimiento a los visitantes se desarrolla en la mayor zona de recreación de esa provincia oriental
SANTIAGO DE CUBA.— «¡Qué río más grande!» «¡Y qué azul..!» Con la emoción a flor de piel, revive el destacado especialista santiaguero Antonio Soberat la expresión de asombro de aquellos pequeños.
«Tendrían unos seis o siete años, relata el experto, y sus ojos deslumbrados querían devorarlo todo... Contemplar aquellas sonrisas de satisfacción es la muestra más ilustrativa de la valía de esta idea».
Residentes en municipios montañosos de esta oriental provincia, nacidos en pleno período especial con su carga de limitaciones, entre ellas el transporte, los infantes saboreaban por primera vez el mar, que unas veces huraño, otras simpático, siempre travieso, se presta a jugar durante los kilómetros y kilómetros de costa que ofrece el parque Baconao, en el sudoeste santiaguero.
El mundo marino se desnuda ante los pequeños en el acuario Baconao. Pero el mar sería tan solo el más azul de los hallazgos en una jornada en la que además, supieron de peces, corales y tiburones, presenciaron un show con delfines, aprendieron de primitivos, mamuts y dinosaurios, pudieron pasear imaginariamente en el auto de Vladimir Ilich Lenin o de Rosita Fornés, sintieron otra vez tronar los cañones de la flota española hundida en las cercanías y recorrieron los mismos senderos de aquellos que desde allí partieron a asaltar el Moncada...
Para completar, un almuerzo en un afamado restaurante como La Casa de Pedro el Cojo, recién restaurada, o en Los Corales... también nuevecito... y una jabita de confituras como tesoro para la casa...
«Fue un día maravilloso...», sería la frase reiterada al llegar. A la mañana siguiente, en la escuela, transformarían en dibujos o coloridos relatos las experiencias de una jornada en la que estuvieron más cerca de la naturaleza y de la historia patria, al tiempo que ensanchaban sus sentidos al contacto con el sol, el mar y el salitre.
Asalto de sonrisasHasta principios de este mes, sumaban más de 18 200 los escolares y docentes de medio centenar de centros de educación primaria y secundaria santiagueros que escalonadamente habían tomado por asalto las instalaciones del parque Baconao, a instancias de un novedoso programa de visitas organizadas.
Experimentalmente desde principios del 2006, y durante todo el 2007 y este 2008, coincidiendo con el calendario escolar, la fresca iniciativa, impulsada por la máxima dirección del Partido en la provincia, la UJC y otras instituciones del territorio, hermana disfrute y conocimiento como insuperable vía de instrucción, al propiciar el acceso de alumnos y profesores a las áreas e instalaciones de la mayor zona de recreación de la provincia, mediante recorridos, de martes a viernes, promovidos y organizados desde las escuelas.
Más que como una propuesta de esparcimiento sana y grata, que confiere nueva vigencia a la idea del Comandante en Jefe Fidel Castro, de que los niños fueran los principales beneficiarios del Parque, la iniciativa es vista aquí como un atractivo complemento a los programas de estudio en aspectos como la Historia, las Ciencias Naturales, la educación medioambiental, el deporte y la cultura.
Centros que han hecho las delicias de generaciones como el acuario Baconao, el Valle de la Prehistoria, el Museo del Transporte, la Granjita Siboney, y otras instalaciones, reviven ahora ante el correteo, la mirada inquieta y la sonrisa de los niños y adolescentes empeñados en redescubrir el Parque, sometido además a una rehabilitación general que le devuelve la vida y los colores de antaño.
Reconocidos expertos imparten conferencias, se promueven concursos e intercambios; los secretos de las doscientas y tantas esculturas de animales «que habitan« en el Valle de la Prehistoria son descubiertos por la explicación de los guías; una multimedia, preparada por especialistas del Acuario, devela muchas de las interioridades del mundo marino; museos como el de la Batalla Naval han preparado guiones que responden a las características de los programas de clases, que exaltan la participación de nuestros patriotas...
En fin, todo Baconao, también declarado por la UNESCO como Reserva de la Biosfera, con su riqueza paisajística y sus valores naturales, culturales y turísticos se desdobla ante los pequeños para contribuir de la mejor manera a su formación como hombres de bien.
Los fines instructivos de la excursión, precisó Carlos Manuel Pozo, presidente de la Junta Coordinadora para la recuperación del Parque Baconao, son complementados con la actuación de unidades artísticas del territorio, entre las que han estado la Compañía de Variedades Arcoíris o el Guiñol Santiago, la oferta de un módulo de confituras a un módico precio y el almuerzo en alguno de los restaurantes de la zona.
Progresivamente, continuó explicando el dirigente, la programación de las visitas ha ido incluyendo centros de la ciudad cabecera y de los municipios de la provincia, sobre todo aquellos territorios montañosos en los que las dificultades del período especial y el transporte limitaron el acceso de la familia a esta opción recreativa.
En el empeño, que busca además mantener en funcionamiento activo durante toda la semana las recién remodeladas instalaciones del área, suman esfuerzos de la Unión de Jóvenes Comunistas, la Organización de Pioneros José Martí, las direcciones provinciales de Educación, Transporte y Cultura, la empresa de Transporte Escolar, la sucursal de Palmares y las entidades administrativas del Parque Baconao, con el apoyo de las direcciones del Partido y el Gobierno en la provincia.
El programa de visitas, que sin robar grandes espacios en los medios de prensa se desarrolla en Baconao es, según Carlos Manuel Pozo, también una buena manera para promocionar la gigantesca transformación que se gesta hoy en esa zona, entrañable para los cubanos y que permitirá que otras instalaciones como el emblemático Mundo de la Fantasía y demás áreas infantiles se irán incorporando al proyecto conforme concluya su rehabilitación.
Sol y saber en la mochilaLos negros ojos de la pequeña Claudia Beatriz Ramírez Zamora se reiluminan mientras cuenta. Como alumna de segundo grado en la primaria Clodomira Acosta, en la cabecera provincial, también disfrutó del paseo por Baconao con sus compañeritos de la escuela.
«Aprendí cosas nuevas...» es la primera expresión que viene a sus labios, y relata que en el Valle de la Prehistoria, el sitio que más le impresionó, como a la mayoría de los niños involucrados en esta experiencia, conoció que «... la primera ave no tenía alas, que había un dinosaurio que todo el tiempo se lo pasaba en el agua, que...»
Con ella coinciden Arletty, Gabriela, Virgilio y otros alumnos de su misma escuela, quienes confiesan que en este viaje no solo aprendieron de plantas, peces, delfines, focas, dinosaurios y buques famosos..., sino también de «la disciplina en el transporte público, de cómo comportarse en un restaurante, a compartir con los amiguitos..., en fin, un mundo de cosas».
Todos habían venido antes con sus padres y familias, pero concuerdan en que nunca habían aprendido tanto sobre las riquezas que se atesoran en la zona, como en esta visita.
Para un reconocido especialista como el investigador del mundo marino Antonio Soberat, participante activo en el programa, el proyecto ha sido una experiencia tan inmensa como el mar.
«Con esta idea, recalca, se ha empezado a sembrar en los niños el sentimiento por el conocimiento y cuidado del entorno, de la historia, lo que, sin dudas, ya contribuye a fortalecer sus valores y sentido patriótico, además de consolidar sus posibilidades de expresión, pues los niños participan en concursos y deben describir sus experiencias a través de composiciones, al llegar a la escuela».
Padres, maestros y directivos hablan igualmente a favor de la idea. Su aceptación e impacto en la formación de los nuevos, coinciden, bien vale las altas cuotas de esfuerzo y desvelo que ha puesto la provincia en su materialización y mantenimiento, a contrapelo de algunas dificultades con el transporte y el arduo trabajo de aseguramiento material imprescindible.
Por eso, cuando a partir de este 31 de mayo, en concordancia con el próximo fin del período lectivo, y hasta el mes de septiembre, el programa recese, niños, padres, maestros y hasta la cimbreante carretera de Baconao, lo extrañarán, si bien podrán disfrutar con sus familias de la multiplicidad de ofertas que todas las instalaciones de Baconao tienen preparadas para sus visitantes durante el verano.
El propósito de mantener el proyecto con bríos y colores renovados por mucho tiempo persiste y es firme. La intención, al decir de los organizadores, seguirá siendo darle la máxima prioridad a la idea, para garantizar no solo las visitas, sino también la atención exquisita en cada uno de los centros.
Un Baconao revivido, nunca tendrá mejor rostro que el del asombro de descubrir por primera vez el mar y entre explicaciones y caramelos se- guir «apresando» delfines, dinosaurios, machetes mambises y barcos hundidos.