Las agresiones al transporte público han estado entre las indisciplinas sociales. Foto: Calixto N. Llanes «En la medida que transformemos a la generación de hoy, estamos transformando el futuro de la Revolución. A la indisciplina social no podemos darle «ni un tantito así», como dijera en su momento el Guerrillero Heroico», comentó un dirigente juvenil de la capital del país durante el balance de la UJC, que centró su análisis en este complicado problema de la ciudad.
El también representante de los militantes en la Aduana del Aeropuerto Internacional José Martí se refirió a la labor que realiza su Comité de Base en el enfrentamiento a las manifestaciones de corrupción.
«El trabajo personalizado con cada militante y no militante ha sido la clave para transformar la imagen de aquellos que reciben al visitante, quien no siempre se llevaba el mejor recuerdo», argumentó.
Mileydis Gutiérrez, del hospital Miguel Enríquez, defiende la inserción social de aquellos que han cumplido su condena por delitos. En su institución existen siete jóvenes exreclusos graduados de enfermeros cuyos estudios los realizaron en la prisión. Hoy tres de ellos se preparan para cursar estudios superiores y se les aprecia por su alta profesionalidad.
Giorge Bitón Dorado, de la Empresa de Perforación de Recursos Hidráulicos, opina que a la UJC y sus militantes les falta sistematicidad en el trabajo: «Hacemos miles de planes, trazamos cientos de estrategias al calor del momento, pero las cosas se nos pierden, y eso hace que los que están en la base pierdan el interés y la fuerza para hacer las cosas.
«Nos están faltando iniciativas para comunicarles a aquellos que piensan que no se hace nada, lo que sí se está haciendo en función de un proyecto social más justo y equitativo», apuntó.
Los militantes de la CUJAE explicaron en la reunión su iniciativa de ayudar a educar a los niños para que no se tenga que castigar a los hombres. El trabajo de los jóvenes de esa alta casa de estudios se dirige también a los más pequeños de la enseñanza primaria de la comunidad cercana.
Las complejidades del trabajo en todos los frentes en una urbe con las complejidades de Ciudad de La Habana fueron explicadas por Pedro Sáez, primer secretario del Partido en la capital, quien consideró que por ello se requiere de organizaciones políticas más fuertes.
«Tenemos conciencia de los problemas y hemos avanzado, porque no estamos en cero. ¿Y por qué no avanzamos más?, invitó a reflexionar el también integrante del Buró Político.
Finalmente prevaleció el criterio de que el trabajo político y la atención individualizada, más allá de esquematismos, podría ser la clave para un enfrentamiento definitivo a la indisciplina social.
Julio Martínez, primer secretario de la organización juvenil, resaltó que la UJC no existe únicamente para sí misma: «Quiero reconocer que la asamblea decidiera tratar un tema que va más allá del trabajo de la UJC. Es una expresión de cuánto hemos crecido. La responsabilidad de la organización no es solo con sus militantes, es con todos los jóvenes cubanos», dijo.
Martínez expresó que puede y tiene que hablarse con los jóvenes que cometen indisciplinas sociales hasta que transformen su actitud. «Si nosotros queremos erradicar este mal necesitamos un equipo de cuadros más preparados y en mejores condiciones para poder lograr un mayor intercambio y un mayor diálogo».