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El Che simboliza lo mejor de un revolucionario

Así piensa Helen Yaffe, una joven inglesa conquistada por las honduras del Guerrillero Heroico, quien afirma que la mayor herencia del Che a la humanidad fue la solidaridad internacionalista

Autor:

Yailin Orta Rivera

Una de las herencias más  grandes que pudo habernos dejado el Che, en medio de la crisis moral que sufre el mundo, es su alto sentido humanista y solidario. A Helen Yaffe no le preocupa parecer irreverente. Desafió distancias para ver, olfatear y palpar a Cuba. Pero su búsqueda fue ganando cada día mayor audacia, hasta escudriñar con acucioso sentido académico en la historia de la Revolución Cubana. Ahí se tropezó con un Quijote moderno que la obligó a dominar la lengua de Cervantes.

El Che le provocó una impenitente búsqueda en su vida y obra, hasta precipitarla a un profundo estudio. Ahora la tengo frente a mí cargando —como quien lleva una adarga— un volumen de más de 400 páginas.

Sin apenas lograr salir del desconcierto comienza el diálogo con esta joven inglesa, autora de una Tesis de Doctorado sobre el pensamiento político y económico de Ernesto Guevara de la Serna.

En el contenido del material que elaboró con el título Ernesto Che Guevara: socialist political economy and economic management in Cuba 1959-1965, se aprecia la voluntad de Yaffe por desmentir a quienes intentaron caricaturizar las ideas revolucionarias del Guerrillero, cuando lo calificaron de aventurero o idealista.

—¿Qué motiva a una joven de la Europa primer mundista a estudiar su pensamiento?

—Soy hija de padres comunistas, fundadores del Grupo Revolucionario Comunista en Gran Bretaña. También soy miembro de esta organización y sería imposible no tener referencias de Cuba. Pero la gran «culpable» de mis vínculos más íntimos con la Isla es mi hermana Susan; ella vino primero en una brigada de solidaridad y luego me propuso que la acompañara.

«Además, en mis años de preuniversitario estudié la Crisis de Octubre y en ese tiempo escogí para uno de mis proyectos estudiantiles el tema de la historia de la Revolución Cubana y las razones por las que emprendió el camino al socialismo. Luego me licencié en Historia Económica.

«Tenía solo 18 años cuando vine a este país por vez primera con mi hermana; eso ocurrió en agosto del 95 y lo único que sabía decir en español era Hola. Dentro de este tiempo se efectuó la primera visita de la brigada de solidaridad Rock around the blockade, que ayudamos a preparar antes de venir a Cuba, y estando aquí nos unimos a ella.

«Fue en la provincia de Ciego de Ávila, compartiendo con un grupo de jóvenes en la recogida de plátano en el campo, cuando me quedé sorprendida por el nivel de conciencia que tenían los cubanos. Ellos trabajaban voluntariamente porque la Revolución en aquellos momentos de crisis económica lo necesitaba.

«A ustedes puede parecerles normal ese sacrificio, pero los que pertenecemos a otra sociedad no podemos explicarnos tal entrega. La historia de mi país —Gran Bretaña— es muy distinta, yo no puedo considerarme una patriota ni hablar con tal orgullo cuando mi nación es una potencia imperialista.

«Para explicarme este grado de conciencia en el socialismo tuve que remitirme a los escasos libros que existen del Che en inglés en mi país. Pero su pensamiento me resultaba cada día más trascendente, lo que me motivó años más tarde a estudiarlo profundamente en mi Tesis de Doctorado.

—¿Podría hacer un recuento de los retos que afrontó para la elaboración de este material?

—Primero, mi español era muy elemental y aunque el roce con los cubanos me permitió incorporar nuevos vocablos, tuve que pasar cursos de Gramática porque sin su dominio me era imposible leer los textos sobre el Che. Ya ves cuánto puede llegar a estimular un Quijote.

El pensamiento del Che es tan trascendente que motiva a estudiarlo siempre de forma profunda, considera Helen Yaffe. Foto: Juan Moreno «Tampoco conté con todo el apoyo de mi departamento que pertenece a una de las academias más prestigiosas de Gran Bretaña (London School of Economics). Tuve que ser persistente para ganar ese derecho. Ahora me reconforta haberles allanado el camino a quienes quieran continuar en esa línea de investigación.

«Obviamente hice una revisión minuciosa de toda la literatura. Cuando tú dices que quieres estudiar sobre Cuba te recomiendan una lista de títulos en la academia, pero al buscar las referencias de estos autores descubrí que la inmensa mayoría representan instituciones financiadas por personas que desarrollan una guerra político ideológica contra Cuba. Así que es incuestionable que estos materiales forman parte también de estas hostilidades.

«Como para compensar tantos obstáculos, conté con la sincera colaboración de los cubanos, en su mayoría compañeros del Che. Sin el apoyo de ellos hubiese sido imposible mi estudio».

—¿Considera que las ideas del Che suscitan interés entre los estudiantes y los intelectuales de Europa?

—Son los jóvenes mayoritariamente quienes sienten interés por conocer más sobre esta figura. Cuando se publica algún libro o una de estas bibliografías para ensuciar su nombre la gente lo compra porque tienen mucha curiosidad.

«Aún es muy poco lo que se sabe de él. Cuando yo comento que hice un estudio sobre su pensamiento económico y político, las personas se quedan boquiabiertas porque desconocen la profundidad de su pensamiento. Se han relegado a un segundo plano sus grandes aportes al desarrollo de la economía socialista.

«Casi todos los intelectuales en mi país son burgueses y si hablan del Comandante Guevara es para devaluar su imagen, tildándolo de aventurero y romántico».

—¿En qué medida el Che se ha convertido en aliento revolucionario en el Viejo Continente?

—Es innegable que en muchas manifestaciones está presente su imagen. Sobre todo la llevan los jóvenes porque lo consideran un símbolo de rebeldía contra la explotación, los regímenes dominantes, la pobreza... Lo reconocen como una figura grande a pesar de que muchas empresas hayan intentado despolitizar su imagen utilizándola con fines comerciales.

—¿En su opinión, qué fuerza tan especial encarna este revolucionario para trascender de tal forma?

—Casi podría hacer otra tesis sobre este punto. Che simboliza lo mejor de un revolucionario. Nació en Argentina pero trascendió estas fronteras para convertirse en un luchador por la independencia latinoamericana y hasta dedicó sus fuerzas a la liberación del Congo. Siempre combatiendo del lado de los humildes y contra el imperialismo yanqui.

«A él no le importaron los títulos ni los honores. Desempeñó cargos tan importantes en el proceso revolucionario cubano como el de Presidente del Banco Nacional de Cuba y el de titular del Ministerio de Industria, sin embargo hizo formal renuncia de sus nombramientos para continuar en su extensa carrera de combatiente.

«No puede pensarse en el Che sin mencionar los más altos valores que debe tener un ser humano. Él no sobrevivió a sus ideas —como expresó Fidel— pero supo fecundarlas con su sangre».

—¿Cuáles considera que sean los mayores aportes del pensamiento económico y político del Che en la construcción del socialismo?

—Che estudió un tema importantísimo como es el hecho de que en un país subdesarrollado fuese posible la transición al socialismo sin utilizar los mecanismos capitalistas. Y en estas indagaciones resalta el vital papel de la conciencia, la importancia de crear un hombre nuevo con otros valores; inmerso en otras relaciones sociales.

«Che propuso nuevas alternativas sin utilizar los mecanismos capitalistas. El trabajo consciente, el trabajo voluntario en que la gente de la oficina hace trabajo físico y ve los problemas de la producción yendo a la base. Incitó asimismo a la crítica y la autocrítica entre los obreros para buscar nuevas soluciones y desestimó la competencia entre las empresas.

«Hay quienes lo han desacreditado por sus ideas sobre la conciencia, porque no comprenden la profundidad de su análisis y cómo su estudio sobre la misma estaba vinculado con la Ley del valor que se expresa sobre todo en el capitalismo y domina la economía en la etapa de producción de mercancías».

—¿Qué percepción tienen de los países que integraban el campo socialista después de haber pasado al capitalismo? ¿Qué nuevos fenómenos se han generado?

—Para nosotros fue un crimen el derrumbe. Ahora se ven a miles de polacos en Gran Bretaña haciendo los trabajos más difíciles y por menos dinero. Son países muy pobres, en crisis. Yo leí en cierta ocasión que durante la primera década perdieron 15 años de expectativa de vida. La situación de la mujer se ha recrudecido. Los índices de violencia, de pobreza y de marginalización se han disparado.

—En medio de la crisis moral que vive la humanidad, ¿de qué forma el Che puede ser referencia espiritual?

—En tal sentido su mayor herencia a la humanidad fue la solidaridad internacionalista. Esta es la luz más grande que nos pudo haber dejado el Che en medio de esta crisis. El mundo para ser mejor tiene que mirarse en el espejo de los cubanos que constantemente siguen su ejemplo. Ahí están los médicos desandando las más complejas geografías y afrontando adversidades con el objetivo de ayudar a otras naciones. Hay que poner más los ojos en los que sufren y brindarles nuestra mano.

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