MAJIBACOA, Las Tunas.— Dicho en buen cubano, «funcionar» significa ‘andar, mover, trabajar, operar, activar’... ‘Es ejecutar las funciones que le son propias’, define el Diccionario de la lengua española. ¿Desde cuándo recurre a este verbo intransitivo el discurso de la Unión de Jóvenes Comunistas? ¡Uhhh, ni se sabe! Sin embargo, ¿conocen realmente sus organizaciones de base qué es funcionar?
En la asamblea de este pequeño municipio tunero, algunos delegados se refirieron críticamente al tan llevado y traído asunto, pero con más de lo mismo: todavía hay miembros de la organización que piensan que funcionar es solamente cumplir con la cotización y reunirse durante media hora una vez al mes. Algo así como contribuir para una ponina o convocar para una fiesta. Para ellos la militancia se limita a eso.
«Funcionar es, además, conocer dónde están nuestros militantes en cada momento, cómo cumplen sus tareas, en qué deslices pueden incurrir, cuándo se les debe alertar sobre un posible error, dónde resulta más importante su influencia, por qué no están rindiendo en un determinado momento todo lo que se espera de ellos... Si todo eso se tiene en cuenta permanentemente, entonces podemos decir que funcionamos», dijo con vehemencia Madelaine, una delegada.
Desde el instante en que se comienza a preparar la reunión mensual se deben activar los mecanismos de funcionamiento. Un orden del día convencional e inamovible jamás despertará entusiasmo. «Bah, lo mismo de siempre», dirán en voz baja algunos cuando escuchen su lectura. Sin embargo, existen infinidad de temas que le interesarían a los jóvenes y que pueden ser perfectamente incluidos en los debates. No pocas veces la abulia y los formalismos lastran el funcionamiento.
Sobre cómo debe funcionar una estructura de base se podrían llenar varias cuartillas. Un ejemplo podría ser las vías de instrucción política. En honor a la verdad, no pocas veces claman por un tratamiento novedoso y distanciado de la mera repetición de lo que viene en los tabloides y otros materiales de estudio. Es imprescindible conocer la actualidad provincial, nacional e internacional por medio de los órganos de prensa. ¿Quieren una mejor alternativa que las Mesas Redondas? No solo aportan información, sino también comprensión. Hay que recomendarlas.
Sadiel Osorio, primer secretario del comité municipal, expuso a los presentes una verdad a todas luces inobjetable: «Cuando los consejos de dirección de los centros de trabajo no tienen en cuenta en sus decisiones a quienes dirigen los comités de base, es porque allí la organización juvenil afronta problemas de funcionamiento». Cierto: la ejemplaridad y la disciplina jamás se pueden soslayar.
Sobre el tema Ernesto Rodríguez, funcionario del Comité Nacional señaló: «Hemos incorporado a los Cursos de Superación Integral a muchos jóvenes desvinculados. Sin embargo, apenas controlamos si se han integrado a un centro de trabajo, lo que también se encuentra entre nuestros objetivos fundamentales. A esos muchachos y muchachas debemos atenderlos. Y si es necesario, acudir a las direcciones de Trabajo, a las UBPC, a las unidades productivas, a donde sea, para garantizarles empleo».
Por su funcionamiento —y me acojo a la esencia misma del término— un comité de base se ganará la crítica o el aplauso en su radio de acción. La reunión de los jóvenes comunistas en Majibacoa —sobria, entusiasta, organizada, productiva...— interiorizó que funcionar es mucho más que cotizar y reunirse. Es, además, andar, mover, trabajar, operar, activar... O, como dice el Diccionario... «...ejecutar las funciones que le son propias». ¡Así de sencillo!