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Pedro León muestra orgulloso su calabaza. Foto: Calixto N. Llanes Parece que la tierra de la capital es buena para que se den calabazas de proporciones ostentosas. En los últimos cuatro años, Juventud Rebelde ha conocido de tres casos.
El primero fue en agosto de 2003, cuando una de estas hortalizas cosechadas en el municipio de Playa pesó 47 libras; el segundo ocurrió en 2006, con otra de alrededor de 20 libras, recogida en el Vedado. Ahora, en el municipio de La Lisa se obtuvo la más pesada: una calabaza de pico que pesa casi 49 libras.
Fue una sorpresa para Pedro León cuando la vio. Jubilado hace varios años y dedicado principalmente a las labores agrícolas, Pedro siembra en su terreno, además de calabaza, guayaba, plátano y girasol.
Según cuenta su esposa, Marilús Marcos, trabajadora de los laboratorios farmacéuticos AICA, antes habían logrado ejemplares de hasta 25 libras, pero ninguna como esta.
«La saqué este martes —narra Pedro—, la llevé a un mercado de San Agustín y pesaba 50 libras. Hoy la volví a pesar en otro agro del reparto La Concepción, y me dijeron que casi llegaba a las 49 libras. Mide 95 centímetros de largo. Dondequiera que la han visto, ha sido una sensación».
Pero no fue solo una calabaza gigante la que obtuvo Pedro. Junto a esa, nos muestra orgulloso otra un poco más pequeña, también de pico, que mide 62 centímetros y pesa 23 libras.
Él no emplea ningún abono químico en su terreno, sino solo excremento de vaca. Esta cosecha, no obstante, pudo haber sido mejor, de no ser porque le faltó agua; de ahí también las incipientes rajaduras en la corteza de su hermosa hortaliza.
Pero con estos resultados todavía los habaneros no podemos impresionar a agricultores de otras provincias. Y es que los mayores récords del país están en Sancti Spíritus, con una calabaza de 84 libras, mientras que en Holguín otro curioso ejemplar alcanzó 57.
