Angola es uno de los ejemplos más grandes de solidaridad del siglo XX. Foto de Archivo
Aunque acostumbra a realizar reportajes que recojan el quehacer de los deportes de velocidad con motor, el fútbol y el boxeo, Milton Díaz Cánter no ha querido dejar de contarnos, a través de la pantalla doméstica, una historia real de la cual fue parte: La epopeya de Angola, serie documental que se transmite por Cubavisión los martes, luego de la emisión estelar del Noticiero, con retransmisión los lunes por el Canal Educativo, a las 8 y 30 de la noche.
En aproximadamente 27 minutos, el periodista de la Redacción Deportiva del Sistema Informativo de la TVC y un equipo de realización recogen sucesos trascendentes de uno de los ejemplos más grandes de solidaridad del siglo XX.
«Y es que la Revolución Cubana desde su triunfo hizo muchísimo por los movimientos de liberación nacional en África, como los contactos con el Movimiento Para la Liberación de Angola (MPLA); y a través de las primeras columnas cubanas en el Congo Brazaville y el antiguo Congo Belga, siendo esta última liderada por el Che. Esta es una de las razones por las cuales en este planeta globalizado, Cuba cuenta con el apoyo del continente africano, y no precisamente por dinero, sino por la credibilidad tan grande que poseemos», asegura Milton, guionista y director de la serie.
«La epopeya de Angola —afirma— es un material testimonial, narrado por sus protagonistas. Más de 350 personas fueron entrevistadas para reconstruir este ejercicio de la memoria histórica, y entre ellas se encuentran un centenar y medio de extranjeros, como angolanos, namibios, sudafricanos y otros.
«En La epopeya... están los jefes que guiaron combates, los soldados que pelearon en la trinchera, las mujeres y otros participantes de la contienda.
«Se trata de alrededor de una veintena de capítulos que abarcan 15 años de la misión cubana en el país africano, vistos desde las imágenes y con un corte realista, donde se evidencian algunos de los principales acontecimientos que tuvieron lugar desde finales de 1974 hasta 1991, cuando regresó el último grupo de internacionalistas procedentes de Luanda.
Milton Díaz Cánter: «Esta es una buena ocasión para que las nuevas generaciones conozcan de las páginas gloriosas que hicieron cientos de miles de cubanos en Angola, en ejercicio pleno de solidaridad».
«La serie también muestra los primeros contactos que se establecieron a raíz del proceso de descolonización apresurado que se produjo en Portugal a partir de la Revolución de los claveles. Era una necesidad hacer un breve recuento de algunos antecedentes importantes. Además de la presencia militar nuestra, incluye la ayuda brindada por la Isla en otras esferas como la Construcción, la Educación y la Medicina».—¿Qué lo motivó a mirar a Angola a través del lente y ofrecer esta visión de los hechos?
—Muchas personas me asocian con el perfil deportivo solamente. Sin embargo, soy un cubano que tuvo el privilegio de asistir y ser testigo presencial en dos ocasiones de esa gesta. Siempre me dije que algún día tendría que hablar de estas cosas, porque Angola nunca dejó de estar en el centro de mi atención, desde mis tiempos de estudiante de Periodismo. No tocaron mi puerta para que marchara hacia allá, yo mismo me ofrecí. Mis padres, que ya no están, me apoyaron en ese momento. Fue una gran experiencia.
«Mi generación deseaba hacer algo. Escuchábamos de las impresionantes acciones de los que lucharon anteriormente. Teníamos un ejemplo reciente con el legado de Ernesto Guevara tanto en África como en Latinoamérica. Y todos queríamos ser como el Che. Todos deseábamos hacer revolución con nuestras propias manos. Angola era nuestra gran oportunidad.
«Llegué allí en 1976 con 24 años, y vi la guerra como un soldado más de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. Regreso en 1985, como miembro de la Sección fílmica de las FAR, donde dejamos testimonios en imágenes de lo que acontecía».
—¿Por qué ha dicho que el proceso de entrevistas de La epopeya... ha sido como su tercera misión a Angola?
—Porque fue la más abarcadora. La de mis remembranzas. El momento que me permitió revivir acontecimientos de mi vida y de los que participaron. Por eso recorrí lugares en los que había estado en mis misiones anteriores, pero acompañado con un equipo de filmación de gran valor humano y profesional. Solo fueron tres meses en 2006, pero sirvieron para visitar donde cayó Raúl Díaz Argüelles, o el ya legendario Cuito Cuanavale, Cangamba, Quifangondo, Cabinda, Cahama, Calueque y otros sitios que marcan la historia de Angola como país independiente, y la de los cubanos que estuvieron allí. Fue una experiencia intensa e inolvidable».
—¿Cuánto de diferente encontró al regresar allí?
—La gente me pregunta mucho cuánto ha cambiado Luanda y el país. Les digo que están con los mismos trillos que los conocieron, solo que con una población que se multiplica por días; por ejemplo, la capital supera los cuatro millones de habitantes. El capitalismo con sus grandes diferencias, y que se hace ver en estados pobres, es la opción escogida por quienes dirigen esa nación.
«Hoy existen problemas que no se afrontaban en 1985, siendo una tierra muy rica en recursos naturales. Sin embargo, los angolanos tienen unas ganas tremendas de trabajar, de ir hacia delante.
«Lo que más me impactó es que todavía nos recuerdan con nostalgia y agradecimiento sincero. Muchos se acercaban y te preguntaban por alguna persona con nombre y apellidos. Y hasta te decían: “Por ahí anda un medio descendiente de ustedes”. Y los que estudiaron en Cuba nos defienden muchísimo. Nos preguntaban por los equipos de béisbol y otras interioridades de la Isla».
—Pero esta no es la primera vez que se adentra en este tema. Antes apareció la serie Operación Carlota, laureada con el premio 26 de Julio de la UPEC en el 2006.
El equipo de realización de La epopeya... enfrascado en la edición de los últimos capítulos. —Ese fue un material que divulgó el Sistema Informativo de la TVC a finales de 2005, con motivo del aniversario 30 del inicio de la Operación Carlota. Fueron fragmentos de entrevistas a cubanos protagonistas de esa gesta, testimonios que ahora forman parte también de La epopeya..., pues comprendimos que quedaban muchas cosas por contar. El colectivo que me acompañó en Operación..., comparte conmigo el proceso de realización de la actual serie, son personas que se han sensibilizado mucho con el tema y muy consagradas a este proyecto».
—¿Cómo ocurrió el cambio de militar a comentarista deportivo?
—Lo de Angola me sorprendió a los tres meses de trabajo en la Corresponsalía de la Agencia de Información Nacional (AIN) en Camagüey. En mis tiempos de estudiante de Periodismo en la Universidad de Oriente, jugaba béisbol con los Mambises, y fui pelotero de bajo costo. Pero aprendí del deporte con conocidos comentaristas como René Calama y Félix García, cuando el canal Tele Rebelde estaba en Santiago de Cuba. También me ayudaron mucho Mario Romaguera, del periódico Sierra Maestra, y algunos especialistas de Radio Revolución.
«Son conocimientos que nunca se olvidan. De esos que me sirvieron para trabajar en la AIN de Camagüey, y en la Redacción Deportiva del Sistema Informativo de la TVC, como parte del Noticiero Nacional Deportivo, del cual soy fundador».
—¿En términos periodísticos es Angola un reto informativo de trascendencia actual?
—Es que fue un tema que lo vivió la mayoría de los cubanos, porque quién no tenía un padre, un hijo, un hermano, un esposo, un sobrino, un amigo o un vecino, combatiendo en ese país. Allí no hubo nada en vano. África está ahí, y cambió en función de sus pueblos. Fue un momento decisivo en la historia de la humanidad y de la Revolución Cubana, y por lo tanto, merecía llevarse a la pantalla.
«La epopeya... ha sido un desafío televisivo que ya va por casi dos años de duro trabajo y que estará en el aire hasta mayo próximo. El esfuerzo del equipo de realización, el apoyo decisivo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, del ICRT y de muchas personas, hacen que me sienta satisfecho y comprometido». Fotos: Calixto N. Llanes
Equipo de realización
En La epopeya de Angola intervienen: en la música Christian y Edesio Alejandro, en la locución César Arredondo, en el sonido Joaquín Franco, en la edición y el montaje Adrián Migueles, en la fotografía Tomás Olivero, en la iluminación Javier Cutting, en el diseño gráfico Rolando Valdés, en la producción Rolando Araña y Rodolfo Armesto; además se contó con la colaboración del teniente coronel José Valido, como coordinador militar, y la participación especial de Martha Julia Pérez (Canal Educativo) y Arnaldo Álvarez (Cubavisión Internacional).