«Era el momento de pasar de los puños a las armas, como habían acordado Fidel Castro y José Antonio Echeverría en la Carta de México. No podíamos imaginar que aquella sería la última Manifestación estudiantil contra la dictadura batistiana, la cual marcó el cierre de la Universidad de La Habana hasta el triunfo de la Revolución», recuerda Roberto Vizcaíno, uno de los protagonistas de la acción.
«Era el 27 de noviembre de 1956 —rememora Vizcaíno—. Bajamos en tropel la Escalinata y llevábamos una tela en la cual podía leerse ‘Gloria eterna a los estudiantes caídos’, que no eran solo los que había ultimado España en 1871, sino los que habían caído en la lucha contra la dictadura».
El recuento de Vizcaíno tuvo lugar este jueves en el Aula Magna de la Universidad de La Habana, cuando jóvenes de ayer y de hoy se reunieron para conmemorar, en su aniversario 50, la última manifestación estudiantil contra la dictadura batistiana, que se realizó el 27 de noviembre de 1956.
Convocados por la Cátedra José Antonio Echeverría de la casa de altos estudios, protagonistas de la acción evocaron el momento en que por la calle San Lázaro subía el cordón azul de soldados, disparando contra la manifestación. Fueron muchos los jóvenes heridos de bala, o por los golpes y los chorros de agua. Aquellas imágenes dieron la vuelta al mundo, fue una denuncia irrebatible de la bestialidad de aquel régimen.
Juan Nuiry, presidente de la Cátedra José Antonio Echeverría y destacado dirigente de la FEU antes del triunfo revolucionario, al referirse a lo que sucedió después, hasta que tuvo lugar el desembarco del Granma, afirmó que este hecho enseñó la importancia de la palabra empeñada y el valor del sacrificio.
«Su trascendencia está dada en la confianza en el triunfo —a pesar de tener como escenario condiciones adversas—, donde estuvieron presentes la significación de las ideas y la confianza en el pueblo, unidas al arrojo de sus combatientes. Esa empresa histórica también marcó, trazó y decidió el despertar de nuestra América».
En nombre de los estudiantes de hoy, Gladys Gutiérrez, presidenta de la FEU en la Universidad de La Habana, afirmó que la generación actual, fiel continuadora de su historia, tiene la responsabilidad otorgada por Fidel de cuidar la invulnerabilidad de la Revolución, por la cual se inmolaron Mella y José Antonio.