La tecla del duende
No eres tu apellido, tu color de ojos o tu piel. Tampoco un título universitario, tu «éxito laboral», ni el cargo que tengas donde trabajas. No eres el carro que manejas, ni la casa donde vives; ni tus viajes, todo lo que te compras, ni tu dinero. No eres tu imagen en redes sociales, ni con quien te casaste, o los «estándares sociales» que sigues...
Nada de eso te hace mejor que nadie, porque nada de eso habla de quién eres tú en verdad. Tú eres la amabilidad que expresas al hablar, el perdón que otorgas cuando te ofenden y la empatía sincera que tengas ante cualquiera que pasa por un difícil momento. La generosidad que tengas al compartir lo que no te sobra con otro, la tolerancia ante alguien que te impacienta y la humildad de no hacer sentir a otros menos que tú. Eres la inclusión, la gentileza que tengas hacia otro que no pueda hacer nada por ti. La bondad que muestres ante un niño, un adulto mayor o una mascota. Eres la inteligencia emocional que proyectas, al pensar antes de hablar para no herir a otros.
Eres la sonrisa que le brindas al desconocido que pasa a tú lado caminando, o el abrazo honesto que compartes con otro ser humano. La madurez y consecuencia con la que llevas la vida. Eres la sinceridad, la fortaleza que has construido, la forma en que percibes la vida, tu vida. Eres lo que sueñas y aquello por lo que luchas... ¡Eres, simplemente, eso que tu corazón siente! (Enviado por Anelys).
En el primer día de abril, los ocurrentes santaclareños se citan para la Galería Provincial, desde las tres de la tarde.
Los signos zodiacales y la cercanía del 4 de abril convocan como temas. Me adelanta Lillicsy, coordinadora del espacio, que habrá sorpresas culturales como antesala del aniversario en la ciudad de Marta Abreu y el Che.
Ale: ¿En serio? No te asocio con versos. Pero te creo. Lala.
«Un alma honrada, inteligente y libre, da al cuerpo más elegancia, y más poderío a la mujer, que las modas más ricas de las tiendas. Mucha tienda, poca alma. Quien tiene mucho adentro necesita poco afuera. Quien tiene mucho afuera, tiene poco adentro, y quiere disimular lo poco». José Martí, Carta a María Mantilla, 9 de abril de 1895.