La tecla del duende
De la estirpe de los buenos maestros, como su coterráneo y amigo Raúl Ferrer, es el profesor Ramón Díaz Medina. Sabedor profundo de la historia cubana, investigador acucioso de nuestras raíces canarias, poeta multipremiado, hombre noble en toda la miel de la palabra, Ramón educa con cada gesto. Desde Mayajigua, Yaguajay, Sancti Spíritus, llegan sonetos suyos...
Plegaria de Hércules ante la diosa Hebe después de la primera muerte. Las cosas son eternas si tú quieres,/ ah, diosa; por tu néctar y ambrosía/ desando mis perezas noche y día/ en este mundo hincado de alfileres.
Yo juego a que soy joven. Tú me bañas/ en tu fuente, mas sigo en el espejo/ del héroe más fatal, pese a que el viejo/ se oculta en la doblez de las guadañas.
Después de los trabajos singulares,/ de la oruga en mi piel amortajada,/ ¿qué cosa puedo hacer con esta arruga/ de bordes infinitos como mares?/ La eterna juventud es todo y nada./ Yo quiero ser mortal, como la oruga.
Compañeros de viaje. Este inútil poeta con sus versos ancianos/ camina de puntillas sobre la hierba en llamas;/ van él y su derrota tomados de las manos/ ¿solo un par de recuerdos?. Señor, ¿qué le reclamas?
Esta gota de tiempo jadeante de penumbras/ ha olvidado la forma de impedir el vacío,/ solo sabe de cierto, Jesús, que ya no alumbras/ su camino de sombras, de abrojos y de frío.
Este sueño gastado que a veces parpadea/ buscando resplandores exhaustos noche arriba/ ¿a quién importa, cuándo su amor en retirada/ alentará otros pechos, entregará su tea/ chispeante como fragua, al fin de la diatriba/ que le impone el soberbio mutismo de la nada?
Esta bestia encerrada que te busca, poesía.
Vibra en tumbas y en almas ese grito. Rafael Pombo.
¿Me buscas? Puede ser. El mundo, ¿sabes?,/ nos lega su mentira lauro a lauro,/ es laberinto y nadie tiene llaves/ para poder llegar al minotauro.
El tiempo no es verdad (ese infinito/ cantado por rapsodas y otros muertos)./ El espacio no alcanza, es solo un mito,/ una gota en la sed de los desiertos.
Tú no podrás, amor, hallarme nunca/ tal como estoy, hundido en la espelunca,/ lívido ante el jadear de la jauría./ Yo, penitente del buscar despacio,/ si suprimen el tiempo y el espacio/ no aceptaré tu ausencia todavía.
Se acerca nuestro encuentro anual en la capital de la Tecla, la siempre fraterna Guaracabulla, al centro exacto de la geografía cubana, en el villaclareño municipio de Placetas. Allá nos veremos el 5 de julio, y esta vez dedicaremos el encuentro a los amores de mascotas, esas vidas animales que nos hacen más humana la nuestra. Vayan preparando ocurrencias.
Será este domingo, a las 3:00 p.m., en el Centro Huellas. Tema: Queridos padres.