Frente al espejo
«Gracias por esta crónica colmada de humanismo y sensibilidad (Indultados: Insospechada libertad para la esperanza, de Yahily Hernández Porto, Liudmila Peña Herrera y Nelson Rodríguez Roque). Gracias al Consejo de Estado por practicar una de las virtudes cimeras: el perdón. La capacidad de perdonar impacta positivamente en la personalidad del individuo que perdona como en el perdonado. Cuando el hombre aprende a perdonar se eleva en la escala humana y descubre la luz de la piedad y el secreto del altruismo. La actitud de perdonar no solo es una filosofía de amor, de fortaleza y crecimiento, pues constituye un factor insoslayable para conquistar la paz, la justicia y la felicidad. Sin perdón, la humanidad ya hubiese fracasado y desaparecido de la faz de la Tierra». (Mártivarela)
«Recuerdo que siendo miembro del Ministerio en mi unidad se debatió mucho cuando el Comandante en Jefe planteó llevar la universidad a las prisiones; hubo criterios encontrados, pero al final todos comprendimos que era un acto altruista de la Revolución. Duele ver las edades de estos muchachos y nos cuestionamos qué hacemos por evitarlo: siempre me he opuesto a que a la indisciplina se le dé un enfoque generacional. Esa no es nuestra juventud que tantos ejemplos de grandeza da. Sí ha habido fallos y son nuestros por no enfrentar a tiempo esas conductas. Mi madre fue una mujer muy dura que nos crió a mis hermanas y a mí sin el auxilio de mi papá, pues estaba enfermo, y un cocotazo a tiempo es muy profiláctico. Pero esta Revolución se hizo para los necesitados y jamás abandona a sus hijos aun cuando se descarrían». (Juan Carlos Molina Hamilton)