Frente al espejo
«Muy buen artículo (Los fieles amigos de mi infancia, Dorelys Canivell, 14 de julio). También se deben buscar alternativas. Las muñecas de trapo son muy amadas por los niños; los padres muchas veces desprecian estos juguetes artesanales, y entonces olvidan que los niños aman un juguete que puedan sacudir o abrazar sin lastimarse. Quedan también los de madera, que permiten armar y desarmar un carro o una casa, etc. sin que el niño se corte, además de que aprende a conformar cosas e identificar colores. Igualmente queda, en ausencia de plastilina, el barro, o jugar en la arena conformando cosas. Cuando no hay recursos se debe ser creativo como lo fueron sus padres. Felicidades a ellos por ese empeño». (RGC)
«La vida se ha modernizado de tal forma que algunos padres regalan celulares, tablets, ordenadores, nintendos, etc, y los niños caminan como zombis y hasta pierden el contacto familiar y social, aferrados a estos medios electrónicos. No hace falta que el juguete sea sofisticado; lo importante para el pequeño es el juego y su relación con él. Nací en el campo y jugué con güiras como vacas, tusas de maíz como bueyes que enyugaba, y al trompo, las bolas… jugaba al agarrado, al chucho escondido y capturaba cocuyos por las noches». (Nébuc)
«Considero que el inglés debe incorporarse a los programas de estudio desde la primaria, como se hace en muchos países. En edades tempranas se asimilan y aprenden con mayor rapidez los idiomas y de esta manera no chocan con el aprendizaje en otros niveles». (jp)