Frente al espejo
En la edición del 22 de julio, Acuse de Recibo (José Alejandro Rodríguez) presentó a los lectores el análisis La verdad entre todos, resumen de las quejas publicadas entre el 1ro. de noviembre de 2006 y el 30 de abril de este año, y las respuestas brindadas por las instituciones. De ese artículo recibimos esta opinión:
«Con detenimiento leo su columna Acuse de Recibo. Hoy he observado sus estadísticas, las cuales me parecen muy buenas, y voy a tratar de contestar algunas de sus interrogantes...
«En el caso de su pregunta sobre por qué escriben más los lectores (“¿será porque la sección ha ganado en prestigio y efectividad; o a causa de que, como dije un día, este rincón se ha convertido en el asidero de los desatendidos?...”, se preguntaba José Alejandro), sus dos razones son válidas, aunque me inclino por darle más peso a la primera.
«En el segundo caso (“del total de las cartas enviadas en el período, el 83 por ciento portaba quejas, denuncias y referencias críticas”), pienso que es un indicador de cómo anda la realidad. Muchos organismos, en lugar de dar una respuesta al problema, esperan a que salga en el periódico para resolverlo y de paso se ponen bravos porque fue publicado...
«Usted se preguntaba “si la consolidación de una actitud más consecuente de las administraciones hacia las cartas ciudadanas, responde a un ascenso de la cultura de la rendición de cuenta; o si es una inevitable adecuación a las presiones y los forcejeos que va propiciando la línea consecuente de esta columna, que señala públicamente a los incumplidores”. En este caso me inclino por la segunda razón. Creo que aunque las administraciones piensen que la sección es una intrusa agresora, cada vez hay más personas que la ven como una vía para que aquellas, de conjunto con los ciudadanos, quiten del camino las piedras malignas y logremos lo que busca Acuse de Recibo, que todos se sientan mejor...». (Rafael Fernández Rodríguez, colaborador en la República Argelina Democrática y Popular)
«Leí su artículo Esquinas Malditas (José Aurelio Paz, 21 de julio). Aborda en él un asunto sumamente escabroso, las drogas, pero necesario que se trate con más frecuencia por nuestros medios de prensa.
«Al igual que usted, creo que el problema de la felicidad no radica en la exacerbación del hedonismo y lo deseable.
«La felicidad está influenciada y hasta cierto punto regulada por la sociedad, y en gran medida por las motivaciones que tenga cada persona en particular, y nunca estará determinada por el consumo de algún tipo de drogas...
«Es deber de todos salvar de la drogadicción a aquellos que, buscando la fuente de la felicidad, entran al abismo de la infelicidad». (Rafael Rodríguez Frías, estudiante de Comunicación Social)
«Como soy admiradora de Tecla Ocurrente, sección que tanto agradece el espíritu, espero y deseo de todo corazón que la misma nunca deje de deleitarnos. Juventud Rebelde cuenta con periodistas capaces de lograr que la obra de Guillermo Cabrera Álvarez perdure a pesar de su desaparición. También sugiero que se publiquen, como continuación de su libro Regalo de jueves, todos los textos que vieron la luz en esta sección desde su creación». (Susana Regalado Hernández, Casa de Abuelos de Guanajay)