Acuse de recibo
Emma Rosa Reyes del Rosario (Edificio 18 plantas, piso 6, apto. 608, Micro 9, Distrito José Martí, ciudad de Santiago de Cuba) relata sus últimas odiseas para cumplir con sus deberes tributarios.
Cuenta que en diciembre de 2024 solicitó la apertura de una Cuenta Bancaria Fiscal (CBF) en la Sucursal 816 del Banco Popular de Ahorro en esa ciudad. Pagó la solicitud de la correspondiente tarjeta magnética e hizo un primer depósito.
Y en febrero pasado, supo por la televisión local que se tenía que pagar el impuesto desde la CBF, o en efectivo en el Banco. Fue al punto más cercano (Micro 9, Distrito José Martí), y allí le informaron que solo podía pagar en el Banco donde abrió la cuenta.
Tras más de medio día en cola en el banco adonde fue remitida, resultó que el sistema no permitía el pago en caja ni en efectivo, ni de otra forma. Y entonces le informaron que la tarjeta magnética ¡jamás había sido solicitada! Evidentemente, por mal trabajo del BPA.
«Nada que ver, señala, con las respuestas que me habían dado las veces en que, cola de por medio, había acudido para recogerla. Y sin la tarjeta no tengo acceso a Transfermóvil ni a Enzona. Por tanto, no puedo usar ninguna plataforma de pago a pesar de que en el banco insistieron en que podía pagar con solo el número de cuenta, sin tarjeta.
«En la oficina municipal de la ONAT no me dieron ninguna solución. Solo me orientaron ir a la oficina provincial, adonde no fui, porque estoy cansada de tanto peloteo.
«Escribí al correo de la ONAT, y me orientaron que podía efectuar el pago a través de la Banca Telefónica (BT). Y la operaria que me atendió, me informó que la BT no cobra impuestos, sino solo cuentas de electricidad, teléfono y otras facturas, pero no la ONAT.
«A finales del mes de mayo aún no habían llegado tarjetas magnéticas de abril. Resumiendo: seis meses después de haber abierto la cuenta fiscal, aún no tengo la tarjeta magnética correspondiente. Estoy atrasada en el pago de impuestos y más desorientada que al inicio. Y con serias dudas sobre el buen funcionamiento de las instituciones involucradas en la bancarización.
«A ello agrego que hoy fui finalmente a la oficina municipal de la ONAT, donde no había corriente. Y la persona que me (des)atendió no pudo siquiera darme un número telefónico para comunicarme, a pesar de mi avanzada edad y lo difícil que representa ir hasta allí inútilmente teniendo en cuenta la dificultad con el transporte. Además, la sucursal del BPA no entregó tarjetas los días 12, 16, 19, solo diez usuarios el 17... Solo me pregunto: ¿así puede avanzar la bancarización?», concluye.
Amor con amor se paga
La eritoproyetina humana recombinante que el lector Luis Gutiérrez Urdaneta (Avenida Ciudamar, No. 18503, entre 1ra. y 3ra., reparto Ciudamar, municipio habanero de San Miguel del Padrón) solucionó para su madreenferma de 88 años en marzo de 2023, gracias a la removida del burocratismo por esta columna y a la solidaridad de la doctora Mayda Martínez Gamboa, hoy podría estar beneficiando a otro paciente necesitado de ella, en medio de tanta escasez de medicamentos.
Fiel al principio de «amor con amor se paga», consecuente con la generosidad que recibió entonces, Luis me escribe para contarme que su madre falleció hace meses, y él aún conserva parte de la eritoproyetina de su tratamiento, que vence en 2026, y no ha podido regalarla a alguien que la necesite, a pesar de todos sus intentos.
«Mi esposa, mi hija y yo las hemos anunciado en varios grupos de WhatsApp y en dos de Facebook de donación de medicamentos, con amigos y conocidos. Y nada. Quedan siete ámpulas. Puede ser que alguien hoy mismo las necesite pero no tengo manera de saberlo. Que me llamen al 50962017, y con gusto se las doy a quien las necesite», concluye este cubano agradecido.
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