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Tres millones después de tanto tiempo y reclamo

EL 5 de septiembre de 2020, desde el edificio multifamiliar de calle E, No. 15056, Alta Habana, en Boyeros, La Habana, Regla Verdecia Carrillo contó que, tras años albergada, en septiembre de 2012 le otorgaron un apartamento en ese inmueble, recién construido. Y en mayo de 2013 tenía filtraciones. Lo planteó a la ECAL 3 (ejecutora), a Gobierno y Fiscalía en municipio y provincia, a la Asamblea Nacional y al Consejo de Estado. Y todo seguía igual, después de siete años. Cuando llueve, decía, el agua corre por tomacorrientes y lámparas, cae sobre los colchones y se extiende por la casa.

En mayo de ese año la visitó el Presidente del Poder Popular en Boyeros y lo constató. Nada se resolvió. Se levantaron más las mantas y nadie fue a defectar. Bloques deteriorados y rajaduras en las paredes, señalaba, preocupada por la salud de sus hijos y el peligro que representa estar en el apartamento.

El 25 de noviembre de 2020, Regla contó que al otro día de la publicación la visitaron la Directora Municipal de la Vivienda y quien atiende Construcción en el Gobierno. Confirmaron el asunto y dijeron que en 48 horas darían respuesta. Dejaron sus números de teléfono. La respuesta no llegó. Y al llamar, no respondían, o lo hacía la secretaria pues estaban reunidos. 

Regla apeló a otras entidades, y respondió la Dirección Provincial de la Vivienda: Su expediente estaba en un archivo pasivo, pendiente de mantas. No se sabía cuándo entrarían al país. Y concluía: «¿Para que dan falsas esperanzas sobre algo tan serio que lleva siete años sin resolverse y ya atenta contra la vida de nosotros?».

El 16 de febrero de 2021, Regla señaló aquí que, tras casi ocho años alertando, nadie daba solución. «¿Dónde queda la sensibilidad para tratar problemas como este, que por el deterioro del apartamento a causa de la humedad extrema peligra la vida de mis hijos menores de edad?», preguntaba.

El 11 de septiembre de 2021, Regla informó aquí que en mayo de ese año hubo una reunión con funcionarios de Vivienda Municipal y los vecinos del edificio, en la que, por acuerdo de ambos, se firmó un contrato de más de 5 000 pesos por apartamento, a pagar en un plazo de 12 meses, para reparar la cubierta.

Ya en temporada ciclónica y aguaceros fuertes, añadía, dos miembros de una cooperativa que se desprendió de la ECAL se personaron y comenzaron a reparar. Vecinos del edificio alertaron que, si las mantas no se levantaban y trabajaban en las juntas o uniones de las losas, malgastarían material sin resolver el asunto. Se le planteó al jefe de Inversiones y al técnico, quien se comprometió a verificar, pero no pudo acudir mientras se laboraba en el techo. Y lo indicado no se cumplió. No se levantaron las mantas y no se trabajaron las juntas.

Lo que hicieron fue pegar las mantas donde vieron que estaban levantadas, y ponerle encima pasta para sellar. No solucionó el problema. Siguió pasando agua al interior de la casa, y despegó lo que habían pegado. Se molestaron por el reclamo de los vecinos, recogieron sus materiales y se fueron. No respondían llamadas ni mensajes. Ni siquiera de funcionarios de Vivienda.

El 24 de marzo de 2022, y por única vez ante cinco cartas de Regla reveladas aquí, respondió a Acuse Ernesto Fonseca, director de la Vivienda en Boyeros, que ya habían sido ejecutadas las acciones correspondientes para solucionar las afectaciones técnico-constructivas del edificio. Y añadía que entonces la obra seguía abierta en el período de garantía. Y una vez que se comprobara la efectividad de lo realizado, se expediría el acta de conformidad y se remitiría al Departamento de Renta de esa entidad para que se efectuara el pago de la cuantía.

Y ahora vuelve a escribirme la incansable Regla, para contar que la filtración de su apartamento en el último piso ha crecido. Las paredes están agrietadas, y el techo parece que se quiere separar. Sus hijos son asmáticos crónicos.

Refiere que hay descontento en los vecinos a partir de una reunión celebrada en el edificio con una funcionaria de la Dirección Municipal de la Vivienda y la delegada de la circunscripción. Se planteó que el arreglo de la cubierta está valorado en ¡tres millones de pesos!

«Es una falta de respeto, afirma, después de tanto tiempo planteando la queja. Dejaron pasar el tiempo, se han encarecido los materiales. Todos sabemos que nuestro país está pasando por serias dificultades económicas debido al bloqueo, pero no entiendo por qué aunque la reparación la vaya a realizar una brigada de trabajadores por cuenta propia, tiene que costar tan caro».

Necesitan ayuda y respuesta urgentes, dice, porque después de tantos años, en los que se pudo hacer la obra por un precio más bajo, que los vecinos estaban dispuestos a pagar, es una burla que ahora se vengan a aparecer con esa noticia.

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