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¿Dónde está el grado de responsabilidad?

«Me dirijo a usted para poner en conocimiento la situación que presento desde el año 2022, y por la cual me he dirigido a todas las instancias, tanto provinciales y municipales, y no se termina de resolver», manifiesta en su carta Magdalena Hechavarría Tamayo, residente en la finca Santa Rosa, Biplanta 1-A, altos, 30 de Noviembre, ciudad de Santiago de Cuba.

Molesta por la desatención de la que ha sido objeto, explica que desde el 1ro. de noviembre de 2022 ella hizo una reclamación de derecho mediante un abogado con número 346, a la ex Dirección Municipal de Planificación Física, hoy Instituto Nacional de Ordenamiento Territorial y Urbanismo (Inotu) en ese territorio.

Y desde entonces debían haber ido a su vivienda para medir y dar solución a la entrada del inmueble. No han ido, y cada vez que ella se presenta en esa entidad, le prometen una vez más que lo harán. Pero en una ocasión le manifestaron que ellos no tienen que ir.

Migdalia se dirigió a la instancia provincial de esa institución, y el Director le aseguró que la Dirección Municipal debe presentarse en su casa. Pero no lo hace, y no sucede nada.

«¿Hasta cuándo, pregunta, debo de seguir detrás de esas personas? ¿Por qué tantas demoras? ¿Dónde está el grado de responsabilidad de esa institución con el pueblo? ¿Hasta cuándo debo que seguir esperando?

«Tengo todos los documentos en regla, que me dan el derecho a hacer mi entrada a mi casa, pero Planificación Física del municipio de Santiago de Cuba debe venir a medir y no viene. No sé la razón. Es la única solución a mi derecho, desde el 2022. Y no cumplen», concluye.

Claro, directo y con todos los datos

Paradójicamente, a 27 años de vida e insistente permanencia en esta sección, como una ventana democrática para conectar las denuncias de los ciudadanos con las instituciones y deshacer entuertos, están llegando cartas que muchas veces me veo obligado a virar a través de sus correos electrónicos o llamando a los teléfonos que aportan, para que las reelaboren, pues no contienen todos los requisitos imprescindibles.

Recibo misivas sin la dirección del remitente, y en algunos casos sin sus nombres y apellidos completos. Hay historias que adolecen de precisiones acerca del problema que les compulsa, y de las gestiones que sus protagonistas han hecho. Les falta claridad.

Tal pareciera que los difíciles momentos que vivimos llevan a muchos a hacer catarsis emotivas, y a precipitar sus denuncias y planteamientos de una manera intempestiva, cuando lo más importante es contar el asunto en todas sus dimensiones, para ganar en conocimiento de los problemas.

Hago un llamado a nuestros lectores a que perfeccionen sus mensajes y pongan toda su clarividencia y argumentos, que acá seguiremos acompañándolos en las buenas y en las malas, en las verdes, las maduras y hasta en las podridas. Muchas gracias.

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