Acuse de recibo
El pasado 21 de julio, desde Jesús Menéndez, provincia de Las Tunas, Yaile Bordón González contó aquí que el 1ro. de septiembre de 2022 compró un televisor por valor de 406 MLC en una tienda de su municipio. Y al año y tres meses y medio se rompió. Lo llevó por la garantía al taller correspondiente, y le explicaron que no tenía arreglo, y le iban a devolver el dinero. Ahí comenzó la odisea…
«Me hicieron todos los papeles para la devolución, decía. Y cuando llego a mi municipio y voy a la tienda donde lo compré, me piden mi tarjeta y me dicen que no me lo pueden depositar ahí porque no es la tarjeta de la compra. Que tengo que ver a la económica de la entidad para que me haga una serie de trámites y mandar los papeles para La Habana.
«Eso fue el 23 de diciembre de 2023. La tarjeta con la que yo hice la compra se me rompió y yo tengo otra tarjeta. A principios de año fui a la tienda y la muchacha que estaba me dijo que ya los papeles los habían mandado para la provincia».
A mediados de enero de 2024 volvió a la tienda y le dijeron que a los papeles había que hacerles copia. Se las hizo y los entregó. Dos días después la localizaron, y le informaron que debía ir al Banco a pedir un respaldo de su cuenta bancaria. Lo hizo y lo entregó. Le indicaron que los papeles estaban listos para mandar a provincia. Llamó a provincia el 22 de febrero y le comunicaron que sus papeles ya los habían mandado para La Habana.
El 22 de abril le llamaron de la tienda: Que de La Habana habían devuelto los papeles porque el número de cuenta estaba mal. Que tenía que volver al Banco a solicitar un respaldo de la cuenta. Fue y lo entregó. Le comunicaron que como ya los habían aprobado en La Habana, apenas llegara el papel del respaldo le devolvían el dinero.
Llamó a la tienda días después, y le dijeron que sí, que los habían mandado para provincia. El 15 de julio, casi tres meses después, llamó a la tienda para preguntarle a la económica por su dinero y le dijo que recibió un correo de La Habana, que debía ir al Banco de nuevo a pedir otro respaldo de su cuenta.
«¿De quién es la culpa del mal trabajo? ¿Por qué tengo que dar tantas carreras por algo que pagué al contado? ¿Por qué no me lo devuelven?», concluía Yaile.
Responde Amilkar Odelin Ante, director de Mercadotecnia de la Cadena de Tiendas Caribe, que se creó una comisión presidida por la Jefa del Departamento Comercial de la División Las Tunas para investigar lo ocurrido.
«Se pudo constatar, afirma, que ciertamente ha habido dilación en la devolución del efectivo de un equipo adquirido por el cliente en la tienda La Francia, proceso que se inició en la propia tienda en el mes de diciembre de 2023».
Ese trámite, señala, requiere de la confección de unos modelos denominados Anexo 1 y Anexo 2, requeridos por Fincimex para proceder a la acreditación del dinero en la cuenta del cliente. Y por desconocimiento del personal de Economía de la tienda, se elaboró el Anexo 2, que conlleva a una tramitación donde intervienen varios niveles de aprobación, y requiere de más tiempo, cuando pudo resolverse entre la División y la Representación de Fincimex en el territorio.
«A este primer error, añade, se suman otros errores involuntarios en el llenado de los documentos, lo que ocasionó la devolución de Fincimex a Tiendas Caribe en dos ocasiones».
Finalmente, acota, en julio, en conciliación entre la Cadena y Fincimex, se acuerda como corresponde la devolución por Anexo 1, el documento que correspondía desde el primer momento. Se entregó la documentación en Fincimex Tunas el 2 de agosto, y se confirmó el día 7 que fue acreditado el dinero en la cuenta del cliente.
«A lo interno, agrega, se adoptaron medidas disciplinarias y organizativas, reiterándose la necesidad de la capacitación permanente del personal en todos los procesos que forman parte de sus deberes funcionales; y hacer más efectivos los sistemas de registro y seguimiento para que no se hagan extemporáneas las tramitaciones…».
«En nombre de la Cadena de Tiendas Caribe, reiteramos nuestras disculpas al cliente, toda vez que son nuestra razón de ser, y con el compromiso de continuar trabajando porque situaciones como estas no se repitan», concluye.
Se agradece la solución del caso y la respuesta, ante tal laberinto de torpezas y errores imperdonables, que tuvieron en vilo tanto tiempo y sufriendo a Yaile. Y lamento que no se precisen las «medidas disciplinarias» tomadas con quienes no demostraron que el cliente es su «razón de ser».