Acuse de recibo
El pasado 21 de julio, y desde Morón, en la provincia de Ciego de Ávila, Luis Orlando Reyes Batista contaba aquí que en esa localidad los medicamentos se distribuyen en las farmacias en semanas alternas.
Y por indicaciones de la empresa provincial, refería, se prohíbe la divulgación previa de estos el día anterior. Es después de recibidos que se sabe lo que llegó, y ello ocasiona muchos problemas.
Añadía que un gran porciento de las personas que acuden al lugar es de avanzada edad, que padecen enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión, cardiopatías, trastornos gástricos, nerviosos y otras afecciones propias de la edad. Sin embargo, desde la madrugada hacen la cola «a ciegas», sin conocer si el medicamento que necesitan está en existencia.
Minutos antes de que abra la farmacia, acotaba, es que se dan a conocer los medicamentos recibidos, decía. Y en ese momento se agudizan las problemáticas. Los que no necesitan de lo que entró se marchan angustiados, deprimidos, molestos y de mal humor.
Y quienes deben seguir en la cola tienen que salir a diferentes lugares con el objetivo de conseguir una receta y tratar de que no se les pase el turno. Todo ese proceso es una odisea que hay que vivir.
Ello, añadía, ha sido objeto de planteamientos y quejas, pero no ha habido respuesta. Y se desconoce el porqué de ese «secretismo» que hace mucho daño físico y síquico a las personas que debían ser protegidas según se orienta por las máximas autoridades del país.
«¿Cuál es el objetivo de ocultar la existencia de los medicamentos?», cuestionaba. «El listado con los medicamentos que entraron debe publicarse después de haber sido recibido por la unidad, incluso con las cantidades que se recibieron. Es transparencia…
«La derogación de esta medida diabólica ayudaría al bienestar de muchas personas, ya que ocasiona daños irreparables e irreversibles. Que las farmacias funcionen acorde con las necesidades de la población es una prioridad», concluía.
Y ahora me escribe Ernesto Suárez, desde el correo electrónico ernestosr4911@gmail.com para señalar que en el municipio capitalino de Plaza de la Revolución sucede algo parecido, salvo que los medicamentos llegan a la farmacia solo una vez al mes.
«Los inconvenientes, manifiesta, son grandes: personas mayores que marcan con dos días de antelación cuando imaginan que van a llegar. Esa es la forma de trabajo, desde los tiempos de la pandemia.
«Nadie, ningún funcionario ni empresa se ha ocupado en explicarle al pueblo las razones de este absurdo y molesto método. En tiempos en que se habla tanto de comunicación institucional, este asunto, tan sensible, no se puede dejar en manos de la prensa solamente.
«Ustedes desarrollan una importante labor al divulgarlo, pero también hay que exigir a los responsables admnistrativos que informen o revisen este mal método que tanto afecta al pueblo, en particular a las personas de la tercera edad», concluye.