Acuse de recibo
El pasado 17 de junio en nuestra edición digital, y al siguiente día en la impresa, Ovidio Vento Morales desde Bauta, en la provincia de Artemisa, lamentaba aquí que desde hacía tiempo pagaba una licencia para Segurmática, que le permite actualizar periódicamente el antivirus de su computadora. Y sin embargo, desde hacía varios meses esa protección era imposible.
Refería que cuando lograba obtener la actualización, esta llegaba con una fecha en la «envoltura», en tanto el contenido no se correspondía con esa fecha. Es decir, la supuesta actualización estaba desactualizada.
«En resumen, decía, la página principal de Segurmática de mi computadora dice que la última fecha de actualización fue el 25 de marzo de este año. Más de dos meses de atraso. Demasiado tiempo si estoy pagando la licencia correspondiente, además del riesgo de contaminación. Espero que los que tengan que ver con el tema en cuestión, tomen las medidas necesarias y logren resolver el problema».
Y ahora recibo una nueva carta de Ovidio, en la cual expresa ya ha transcurrido un mes de la publicación de su queja, y no ha habido respuesta por quienes deben ofrecérsela, Segurmática evidentemente.
«Me dirijo a ustedes nuevamente, afirma, para que de ser posible, se publique de nuevo la queja, de manera que aquellos que no la vieron, puedan ahora atenderla.
«No está de más decir que en el mes transcurrido ni siquiera he podido actualizar el AV. Ya son cuatro meses de desactualización», concluye, y aguarda allá en su domicilio, en calle 148 No. 24908, entre 249 y 251, en Bauta, provincia de Artemisa. Y también en su hogar digital: o69608157@gmail.com.
Si entonces titulé su queja como Desac-
tualizada la actualización, hoy señalo que todavía es desactualizado el deber de Segurmática de responder. Y no es mero juego de palabras.
Rafael Lam (calle 19 No. 208, entre J y K, Vedado, La Habana) le preocupa seriamente que los parques de la capital no se protejan como oasis de la ciudad y vayan deteriorándose. Y tiene como muestra el más cercano a su domicilio, el Víctor Hugo, que se enmarca entre H e I, y 19 y 21
«Ese parque tenía bancos de mármol de muchos años de duración, afirma. Y para el 5to. centenario de la ciudad, los quitaron y colocaron asientos de hierro fundido que duraron días. Acabaron con los espaldares. No sé si tengan arreglo. Bien pudieron haber dejado también los otros asientos de mármol.
«El asunto es que el parque se ha quedado sin lugar donde sentarse cómodamente. ¿Dónde irían a parar esos asientos de mármol?, pregunta. ¿Quiénes fueron los responsables de hacer para el 5to. centenario asientos tan débiles? ¿Quiénes fiscalizaron y garantizaron esos asientos tan incómodos y poco duraderos?
«¿Por qué no acaban de diseñar un tipo de asiento de concreto, parecido a los que se situaron en el Parque de la Fraternidad (salvando las distancias)? Asientos para toda la vida. Asientos que proceden de inicios del siglo XX o mucho antes, en la colonia, como los del Paseo del Prado. Asientos para siempre, para ahorrar dinero.
«Los parques son espacios sagrados para el entretenimiento de niños y de las familias que van a descansar del asfixiante hogar donde a veces viven hacinados. Cada municipio debe hacer un estudio de sus parques, valorar lo necesario. A veces los detalles no son tan costosos.
«Igualmente es hora de pensar en habilitar algunas paradas de la zona moderna del Vedado, en una ciudad de mucho sol. Diseñar paradas duraderas, efectivas, seguras, para largos años. Recordemos que las personas de la tercera edad crecen cada día», concluye.