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Engañados y robados

En tiempos en que el país se empeña en desarrollar el comercio electrónico, a cualquiera se le quitan los deseos de comprar por esas vías, con la historia que cuenta Sergio Arias Duménigo, desde Avenida 4, no.109, entre 1ra. y 3ra., en Baire, municipio santiaguero de Contramaestre.

Refiere que el 11 de mayo pasado su esposa Thelma Teruel Álvarez y su mamá, Rosa Duménigo Jiménez, realizaron una compra virtual en la tienda Plaza de Marte, reservada varios días antes en la app Ticket.

Ese mismo día 11 llegaron dos correos electrónicos a ambas: el primero de confirmación de pago y el segundo de pago aceptado, que contenía la factura. En el caso de Rosa: factura 452254/2024, combo 33, importe 1917.50 pesos. Y en el caso de Thelma, factura 452249/2024, combo 36, importe 1666,25 pesos. Hasta ahí todo bien…

Y como la factura decía recogida en tienda, 48 horas después de la compra, y la página de la tienda cinco días después del mensaje listo para recoger, ellas decidieron llamar al número de la tienda que aparece en la página  para buscar información.

A partir del 13 de mayo comenzaron a llamar. Y aunque en la mayoría de los casos daba timbre y no respondían o daba ocupado, lograron comunicarse en tres ocasiones, una por semana. Y siempre el señor que las atendió les dijo que debían esperar correo con aviso de listo para recoger. Que no se preocuparan que el servicio de recogidas tenía atrasos. Que como mismo habían llegado los otros correos llegaría ese.

A la par de esta gestión telefónica, añade, Gabriela Arias Teruel, hija de Thelma y del propio Sergio, y encargada de recoger la compra en tienda, fue una vez por semana a esta. Y la respuesta de quienes estaban entregando allí fue la misma: deben esperar el correo.

«Hoy 13 de junio mi hija volvió a pasar, y le informaron que ya las entregas estaban al día, que podía recoger cuando quisiera, que el famoso correo de aviso no estaba llegando.

«Sorpresa: Cuando mi hija le entrega el número de factura, le sale rembolso procesado. Rápidamente llama a su mamá y su abuela y les cuenta lo sucedido. Estas revisan el correo y tienen uno de las 11:26 de ese día, de rembolso procesado. Mi hija pidió explicaciones y la mandaron con la gerente Susana, quien la atendió y le manifestó que el referido correo de listo para recoger no tenía que llegar, que en la página web era donde había salido.

«A través del celular de Gabriela su mamá conversó con la gerente, quién explicó que el caso no tenía solución. Que ella investigaría lo sucedido, depuraría responsabilidades y le daría respuesta, pero no más. Ni productos ni derechos a compra. Y para colmo dinero perdido, pues la devolución fue con diez por ciento de descuento. Sin duda, nos sentimos engañados y robados.

«¿Hasta cuándo el pueblo trabajador sufrirá las convenientes equivocaciones de funcionarios y empleados? Thelma llamó a Atención al Cliente de la Cadena de Tiendas Caribe y quien respondió le dijo que no estaban recibiendo quejas ni reclamaciones, por tener errores la página», concluye.

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