Acuse de recibo
EL pasado 20 de abril, desde Ayestarán 217, apto. 8, entre Perfecto Lacoste y Néstor Sardiñas, en el municipio habanero de Cerro, Luis Amate Pomariega relató aquí su contradictoria sensación de estar agradecido por esa vivienda que se le asignó allí, y la preocupación por los malos trabajos y chapucerías que presenta.
Señalaba que la entidad ejecutora del edificio, Empresa Constructora de Obras de Arquitectura 3, dio por concluida la obra con un sinnúmero de pésimos acabados; han transcurrido cuatro años, y todo ha quedado en silencio.
«Nos encontramos con la dura realidad de no poder legalizar nuestras respectivas propiedades, decía. Nos molesta que no se haga nada. Lo mismo sucede con la instalación del gas», concluía.
Y aunque la denuncia se concentraba más en el problema constructivo y sus chapucerías, no ha llegado aún respuesta de la entidad constructora, o al menos de la Dirección Municipal de la Vivienda o el Gobierno Municipal. Pero sí responde por lo que le toca Iván Agustín Lora Alfredo, director general de la Empresa de Gas Licuado.
Explica el directivo que la ampliación que supuso la venta liberada de gas licuado en los 15 municipios de La Habana, sin afectar el servicio a los clientes
normados que ya existían, funcionó desde 2012 hasta marzo de 2019, cuando se agudizó el déficit de cilindros.
Por tal motivo, indica, se decidió paralizar la extensión de la venta liberada de gas, así como la contratación de nuevos clientes y el arrendamiento de cilindros. Esa situación se mantiene en 2024, pues se han recibido cilindros importados y la industria nacional no cuenta con los recursos necesarios para garantizar la demanda de cilindros de Cupet.
En el país hay hoy más de 1 700 000 clientes de gas licuado, sumando los clientes normados y los beneficiados por aquella liberación, a los cuales se les debe garantizar por igual un servicio seguro y con calidad. De ahí que los limitados recursos disponibles sean dirigidos a ese objetivo, sin posibilidades de asumir nuevos crecimientos de clientes.
Añade que con respecto al servicio de gas manufacturado se realizan acciones intensas para revertir la actual disminución de gas natural (materia prima fundamental para la producción de este). Ello requiere poner en producción nuevas fuentes o yacimientos, para lo que se desarrollan acciones de exploración intensas. Y destaca que se han destinado estos recursos para la generación eléctrica, en medio de una crisis energética que enfrenta el país.
Esta es la razón por la cual la Empresa de Gas Manufacturado no cuenta con el volumen de gas natural para garantizar ese servicio a nuevos clientes, aun y cuando se encuentren ubicados sobre la red.
Las razones expuestas nos han imposibilitado tramitar nuevas solicitudes, tanto de las nuevas viviendas como de las que por otras causas no accedieron al servicio oportunamente.
Considera la carta de Luis con razón. Y precisa que Cuba Petróleo (Cupet) informará oportunamente el restablecimiento de la contratación cuando existan las condiciones de recursos materiales para ello. Y todo lo expuesto se le hizo llegar a Luis Amate Pomariega.
Se agradece la explicación de la situación del gas. Las cosas hay que decirlas como son. Y dada la gravedad del problema, y sus derivaciones en algo tan sensible como el cocinar de la familia cubana, es que se requiere priorizar este asunto, aunque fuera gradualmente, y con alternativas.
Esperamos la respuesta a las chapucerías del edificio de Ayestarán 217, entre Perfecto Lacoste y Néstor Sardiñas, en el municipio capitalino de Cerro. Chapucerías que muchas veces no son hijas de la falta de recursos, sino que, por lo general, implican el sobregasto de estos y otras inobservancias.