Acuse de recibo
El 3 de marzo pasado llegó desde el municipio guantanamero de Imías un mensaje de Delvis Disotura Hinojosa, el cual manifestaba que es consumidora de gas licuado, pues padece de asma. Y lo recibe dos veces al año.
Refería que en febrero se hizo allí la primera distribución de 2024 y no recibió su balón, motivo por el cual había llamado a la entidad correspondiente del gas en Guantánamo, sin tener respuestas convincentes.
Como Delvis no estampó su dirección particular —un requisito en nuestra sección—, nuestra especialista Dalia Padilla le escribió al día siguiente solicitándosela. Fue el 25 de marzo que la lectora envió lo reclamado. Y se publicó aquí su mensaje el 27 de ese mes.
Este 5 de mayo llegó a nuestra Redacción la respuesta de Yarianna Guerra González, Directora General de la Empresa Comercializadora de Combustibles, la cual señala que una comisión investigadora visitó a Delvis, quien reconoció que cuando se realizó la distribución del gas licuado en Imías ella se encontraba en La Habana. Y a su retorno, realizó
llamadas a la oficina comercial y no obtuvo respuesta inmediata.
Se le explicó a Delvis que, añade, debido a las limitaciones existentes con el combustible, la entrega se realizaría cuando se distribuyera el gas del municipio vecino, San Antonio del Sur, tema al cual se dio
seguimiento por el representante de Imías, hasta entregarle el balón en su domicilio el 23 de marzo.
Explica que la Unidad Empresarial de Base División Territorial Comercializadora de Combustibles Guantánamo realizó la primera entrega del municipio de Imías en febrero, en lugar acordado con las autoridades de este territorio, las que se encargan de brindar la información a los clientes sobre el día que llega el camión. Y hasta ahora esta medida ha dado resultados positivos.
Por todo ello, dice, la queja se clasifica con razón en parte, al considerar que una vez que se realiza la entrega del producto en su programación, existen limitaciones con el combustible para reprogramar el servicio a un cliente en específico, por lo que hay que realizar ajustes con el municipio más cercano para cumplir lo pendiente.
El pasado 10 de abril, y desde el bloque L3, Agrupación 1, en el centro urbano José Martí, de la ciudad de Santiago de Cuba, Eduardo Palencia Hodelín denunció aquí que un salidero de agua permanece impune en la parte de atrás del edificio y afecta su apartamento, pues el líquido penetra en él.
Refería que había reportado el imperdonable derroche de agua de forma no oficial una vez, y dos veces oficialmente a las oficinas de Aguas Santiago. Y ni siquiera se habían personado por allí.
Y en días pasados volvió a escribir Palencia. Contó que el Distrito Aguas Santiago 1 planteó que el problema no era responsabilidad de ellos, sino de Mantenimiento Constructivo de la Vivienda del distrito 1.
En esta última entidad se entregó la queja por escrito, quedaron en ir, y hasta ahora no lo han hecho. Han llamado allí en varias ocasiones, tratando de contactar con el compañero que atiende la actividad. Y no ha sido posible.
«Sigue el derrame de miles de litros de agua. Además, esta agua penetra en el apto. 1 por la alta presión», concluye.