Acuse de recibo
Gladys Moreno Pedraza (Calle B No. 65, entre 1ra. y 2da., Reparto Virginia, Santa Clara) refiere que vive sola con su hija, que, además de padecer de acondroplacia (enanismo), sufre hernia discal, Diabetes mellitus y obesidad.
Gladys padece de artritis reumatoide, por lo cual no está trabajando; y percibe una pensión de su difunto esposo. Pero la casa tiene el techo en condiciones deplorables. El cuarto se derrumbó y están durmiendo en la sala, donde hay puntales puestos por sus vecinos. Y cuando llueve, no hay donde estar.
Manifiesta que lleva tres años entrevistándose con el Director Municipal de la Vivienda en Santa Clara. Y todas las semanas recibo la misma respuesta: que no hay recursos disponibles para estos casos.
Confiesa que ya se dirigió a entrevistarse con Arteaga, funcionario de la Asamblea Municipal del Poder Popular en Santa Clara, quien le respondió lo mismo.
Pidió una entrevista en Atención a la Población en el Partido Provincial y le atendió el compañero Calixto, quien llamó a la Vivienda y le dijo que pidiera otra entrevista. Lo hizo, pero con los mismos resultados.
«Debo aclarar, puntualiza, que tengo un expediente abierto desde abril de 2021 para subsidio, el cual no me han otorgado por recursos. Entiendo la situación por la que está transitando el país porque soy revolucionaria.
«Pero estoy solicitando que me faciliten las planchas para el techo ,las vigas y el cemento de solo dos habitaciones que tengo en derrumbe, para poder arreglar mi techo y mi situación de vivienda.
«No pido todos los materiales correspondientes al subsidio, refiere, porque sé que no hay posibilidades y no tengo una respuesta satisfactoria de ningún organismo. Ya sé que dirigirse a vivienda no es la solución, pero estoy desesperada y no veo solución alguna.
«El técnico de la Vivienda y de Seguridad Social me han visitado en innumerables ocasiones, pero tampoco veo resultados. Quedo al amparo de usted para impulsar mi situación», concluye.
Yasmany Rodríguez Peña, residente en el apartamento 7 del Edificio sito en San Lázaro No 667, entre Gervasio y Belascoaín, en el municipio capitalino de Centro Habana, relata que con el decursar de los años, y la falta de mantenimiento de las instalaciones sanitarias de ese inmueble, el deterioro se ha afianzado.
Tal edificio, añade, se ha utilizado como albergue transitorio. Y en los últimos días se ha hecho notar entre los convivientes del lugar, a partir del vertimiento y empozamiento de aguas albañales con característica fetidez en el sótano de la edificación, como consecuencia de roturas y desajustes de las instalaciones sanitarias que existen en ese espacio.
Y se expone a la contaminación la cisterna que almacena el agua para la edificación, la cual ha propiciado la proliferación de un foco aparentemente de mosquitos Aedes aegypti.
Señala que «los residentes en el edificio están expuestos a riesgos para su salud, máxime cuando para obtener el preciado líquido, a falta de la bomba de agua que se encuentra actualmente rota, se hace necesario acceder al inundado sótano, situación que contraviene el derecho humano a la salud, ambiente sano y equilibrado, así como al acceso, disposición y saneamiento del agua para consumo personal y doméstico en forma suficiente, salubre, aceptable y fácil de obtener», concluye.