Acuse de recibo
El pasado 29 de enero, desde el edificio 31003, calle 161, entre 310 y 314, Valle Grande, municipio capitalino de La Lisa, Virginia Fung Lay criticó con fuerza la gestión de Aguas de La Habana en reparar conductos de alcantarillado allí que generan desbordamiento de aguas albañales en dos edificios de cinco plantas y viviendas aledañas.
Señalaba que en agosto de 2023 Aguas de La Habana realizó allí una reparación, mediante la cual sustituyó una parte de la tubería del registro de alcantarillado de la calle, al que descargan las aguas sucias de los edificios. Y aun así volvían las tupiciones y roturas, pues las tuberías nuevas no satisfacían los volúmenes de albañales de los dos edificios y otras viviendas.
Los registros o fosas de cada edificio, añadía, mantienen en el fondo casi la mitad de sedimentos acumulados que causan, además, el desbordamiento de las fosas al interior de las viviendas por los tragantes de las plantas bajas. Y
remarcaba que aquel trabajo de agosto de 2023 fue insuficiente, teniendo en cuenta que las tuberías que instalaron debieron ser de mayor diámetro.
Aguas de La Habana, manifestaba, debe hacer una limpieza de los registros con un camión de extracción. Pero no lo ha hecho.
«Seguimos con el mismo problema, indicaba. El volumen considerable de aguas albañales que descargan 40 apartamentos de cada edificio se desborda en los traspatios, anegando el área contigua a la cisterna, lo que representa un riesgo inminente y grave de contaminación de agua potable, que conduciría al sellaje y prohibición del agua», concluía.
Al respecto, responde Adriana Batista Lara, jefa del departamento de Atención al Cliente de Aguas de La Habana, que en inspección hecha por la jefa de esa entidad en La Lisa, se comprobó que la línea de marras tiene el diámetro adecuado para captar todos los
residuales, se encuentra en perfecto estado técnico y sin verter.
«Sí se observa vertimiento interior, añade, registros obstruidos con sólidos acumulados que no se han escombrado. Esa dificultad es producto de la indisciplina social de los moradores. Se aprecia en los registros excremento animal.
«Esta línea central recibe mantenimiento a partir de 2018 de forma sistemática. En 2023 fue reparada, y se rehabilitaron 39 metros de longitud. Se le orientó a Virginia hacer un reporte a la entidad de Saneamiento Básico de La Habana para lograr la desobstrucción de esta», concluye.
Eneida Guerra Guerra (calle 1, No.68, entre Prolongación de A y F, reparto Nuevo Salomé, ciudad de Camagüey) cuenta que es Licenciada en Enfermería y ha trabajado por 24 años en el policlínico Área Este, cuatro de ellos como jefa de Enfermería. Y no la han contemplado en los recientes pagos por antigüedad aprobados para el personal de la Salud.
Refiere que desde hace año y medio se encuentra de peritaje médico por una bursitis del manguito rotador del hombro izquierdo. Y la jefa de Recursos Humanos del policlínico refiere que debe averiguar cómo realizar dicho pago.
«¿Entonces, ¿mis años de servicio no serán evaluados para este incremento por encontrarme de peritaje médico? ¿No es para todos los trabajadores de la Salud? ¿Los que estamos en peritaje no contamos como trabajadores?», pregunta Virginia.
«Creo que se debió actualizar más a estos jefes de departamento para esta tarea, que es de nivel central para mejorar a los trabajadores de un sector tan importante para nuestro país y un logro de la Revolución», concluye.