Acuse de recibo
El pasado 19 de agosto, desde el municipio habanero de San Miguel del Padrón, Julián Valdés Sánchez contó aquí el maltrato sufrido con un combo que adquirió el 12 de junio de 2023 en la tienda online Almacenes Caribe Villa Diana, por valor de 303 CUP, con un cobro adicional de 187 CUP por la entrega a domicilio. Todo pagado por adelantado.
Refería que el 17 de junio, a las 7:11 p. m. fue a la entrada de su edificio, sin previo aviso, el encargado de entregar el combo. Le llamó a su celular y Julián no respondió en ese momento, por estar lejos del teléfono.
«Luego me refirió que gritó muchísimo desde la calle, decía. Pero nunca fue a mi apartamento, pues yo no me encontraba, pero allí estaban mi cuñada y mi suegra. Cuando vi la llamada perdida llamé y el encargado de la entrega me dijo que él ya había ido a mi casa, que lo único que podía hacer es que yo fuera a la suya en San Francisco de Paula.
«Yo le respondí que si hacía eso tendrían que devolverme los casi 200 CUP que me cobraron por entregármelo en mi domicilio; a lo cual me respondió que lo entregaría en la tienda y que tendría que ir más lejos, porque él ya había ido».
Y Julián reproducía, por paradoja, el texto que aparece en la página web de dicha tienda:
«Tiempos de entrega. Transportación: de cinco a 20 días hábiles. Horarios para entrega a domicilio: de lunes a sábado. El servicio de entrega a domicilio se realizará después de notificada la visita por vía telefónica».
A partir del siguiente día de los hechos, Julián intentó llamar al número telefónico 72079971, que publica la tienda para atender a sus clientes. Y escribió al correo electrónico caribehabana@tuenvio.cu, que también revelan allí, supuestamente para que se comuniquen. Nadie respondió el teléfono ni tampoco a los correos.
Al verse sin respuesta, Julián se presentó en la dirección que publica la página web de la tienda, para denunciar el comportamiento del encargado del envío, no para recoger el combo. Y descubrió que allí hay una tienda de Vima, ya que según le dijeron, ellos se mudaron para Siboney.
«Posteriormente a toda esta historia, decía, compré nuevamente en dicha tienda. El mismo transportista me llevó el combo, pero no me llevó el anterior; de lo que puedo concluir que no es problema de combustible ni recursos. Es simplemente que, como ya cobraron, no les interesa lo que le pase al cliente. ¿Quién responde por el maltrato y por mi dinero?», concluía.
Al respecto, responde alguien por la Dirección General de la Cadena de Tiendas Caribe sin ni siquiera especificar su nombre y apellidos. Y refiere que la Dirección de Comercio Electrónico de dicha entidad realizó verificaciones a la Plataforma Virtual de la Tienda Villa Diana, dando con lugar la queja.
Añade que se contactó a Julián, «y se le brindó el servicio como está establecido, ofreciéndole formalmente una disculpa por las molestias causadas, ante lo cual sintió agradecimiento por la atención y satisfacción con las medidas organizativas tomadas al respecto».
A fuer de sincero, esta es una de esas ligeras respuestas al paso, que no profundiza en la gravedad de los hechos, y en las consecuencias para quien confió en ese servicio y estuvo más de dos meses esperando infructuosamente por su primer combo y la respuesta que se merecía. Ni siquiera se especifica qué medidas se adoptaron. Y queda gravitando sin esclarecimiento la pregunta que se hacía Julián: «¿Quién responde por el maltrato y por mi dinero?».
Elsa Barrueco Arias, vecina de San Félix 753 entre San Basilio y Santa Lucía, en la ciudad de Santiago de Cuba, acusa a la entidad Acuario Ciudad, perteneciente a Flora y Fauna, de perturbar la convivencia y tranquilidad ciudadanas.
En este año, dice, esa entidad arrendó el local a un trabajador particular para un restaurante y cafetería, lo cual se ha convertido en la realización de espectáculos en cualquier horario del día, especialmente los viernes, sábados y domingos, con el empleo de equipos profesionales de música y audio con micrófono, que hacen imposible estar en nuestra vivienda.
Violan lo establecido en la Ley 81 de Medio Ambiente y la Norma 26/2012, que plantea la limitación a los decibeles de música, dice, y añade que la queja fue notificada a Flora y Fauna, Higiene y Epidemiología y al Citma.
Este último, agrega, es el único que se personó en mi vivienda y emitió una notificación a Flora y Fauna para el cumplimiento en lo establecido en las leyes. Pero desde entonces, se ha agravado más el escándalo de la música.