Acuse de recibo
Rita Ruiz Gutiérrez solicita atención para una persona fuera de sus cabales, en nombre de los residentes en el edificio sito en Concepción No. 833, entre Línea del Ferrocarril y 18, en el barrio habanero de Lawton, del municipio de Diez de Octubre.
Cuenta que un sexagenario llamado Julio, residente en el apartamento 4 de ese inmueble, ha perdido el control de su mente de forma paulatina, hasta convertir su hogar en un basurero de todo lo que recoge por ahí.
Tal es la situación, que ya le es imposible entrar al local. Y está viviendo, literalmente, en la escalera del edificio que va a la segunda planta. Ahí duerme y hace todas sus necesidades. Cuando tiene hambre, come de lo que encuentra en la basura. Los vecinos le dan comida cuando pueden. No se baña, y toma agua cuando puede.
Ya está presentando, añade, síntomas de patologías, pues se encuentra hinchado, sobre todo en piernas y pies, calza cualquier zapato que encuentra tirado en la basura.
«De no ser la situación muy crítica, afirma, no se hubiera llegado a este nivel. Ya hemos pasado por todos los niveles orientados por la Fiscalía Municipal de Diez de Octubre, policlínico del área, Higiene y Epidemiología, trabajadores sociales, médico de familia del área. Y a pesar de la visita en el lugar de estas entidades, no se ha dado solución.
«Es realmente un panorama bien triste, y más triste aún que ninguna de las instituciones a las que hemos apelado se ha proyectado de forma efectiva. Julio sigue viviendo en la escalera, apenas te responde con coherencia a algo que le dices. Por favor, necesitamos ayuda. Peligra la vida de Julio y están afectados muchos vecinos del entorno por tal situación», concluye.
Yrineo Mederos Leyva (Martínez No. 474, apto. 2, entre A y Pocito, Jesús del Monte, Diez de Octubre, La Habana) refiere que en febrero pasado, con el reporte 2888, presentó una queja en las oficinas de Aguas de La Habana de Avenida de Acosta y Avellaneda, Víbora, Diez de Octubre.
El reclamo era por dos salideros de agua potable precisamente en la cuadra donde reside, e insistió en que ese problema no debía tener demora en solucionarse, porque además del ahorro, el río de agua se proyectaba hacia los cimientos de la casa marcada con el número 478, con las consabidas afectaciones futuras.
Por otra parte, insiste, esos salideros debilitan el caudal de agua para las viviendas de esa cuadra, llegando a veces a entrar con poca fuerza o no entrar.
«En reiteradas ocasiones he hablado con el jefe territorial de esa entidad, llamado Dayron, quien se ha comprometido en enviar un técnico o la brigada. Y todavía lo estamos esperando.
«¿Quién puede entender que hace más de cuatro meses que reporté esos salideros y aún están pendientes? Y el día 2 de este mes, el periódico Tribuna de La Habana publicó un artículo que tituló: Abasto de agua: muy tensa la situación en la capital, concluye.
Rolando J. Rizo Oliva (San Gregorio No. 114-C, Víbora Park, Arroyo Naranjo, La Habana) denuncia que en la acera de la calle 76, entre 31 y 41, Marianao, precisamente al costado del hospital oftalmológico Ramón Pando Ferrer, hay un hueco de lo que, al parecer, fue un registro del acueducto.
Dicho hoyo es un verdadero peligro que puede provocar la caída de personas débiles visuales u operados de la vista que transitan por el lugar.
«¿A quién le corresponde taparlo?», pregunta Rolando.