Acuse de recibo
«Me urge ayuda», clamó aquí en un rapto de desesperación el pasado 30 de mayo Ana Delvis Torres Tamayo, vecina de San Andrés, en El Caney, Santiago de Cuba. Y no era para menos su apremio. Contaba que tiene una hija menor de edad, y el padre está preso. La pequeña solo depende de lo que ella pueda aportarle. Y casi nada podía, por razones que explicó.
Ana confesaba que trabajaba como auxiliar general de limpieza en el hospital Juan Bruno Zayas. Y sin tener aún el tiempo para quedarse fija allí, se enfermó del corazón. Permaneció en terapia intensiva y ahora aguarda por la colocación de un dispositivo.
Explicaba que fue llevada a la comisión médica, la cual diagnosticó que no puede trabajar, pues le prohíben hasta levantar un jarro de agua. Le plantearon que acudiera a la trabajadora social de su demarcación, y así lo hizo. La transida madre le explicó su necesidad suprema: no tiene dinero para sacar los alimentos de la canasta básica de ella y de la niña.
«Me visitaron, manifestaba entonces, y esta es la fecha en que no he recibido ninguna respuesta. Mi hija y yo no nos podemos morir de hambre. Necesito urgente una ayuda, porque no puedo ni siquiera hacer trabajos particulares. Además, no hay en la farmacia medicamentos de los que tengo que tomar. Y me falta mucho el aire», concluía la atribulada mujer.
Al respecto, responde Belkis Delgado Cáceres, directora de Prevención Social del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), que la investigación de los especialistas de la Dirección de Trabajo del municipio confirmó que es un núcleo de dos personas: Ana Delvis, con 44 años de edad, quien padece de cardiopatía y catarata, y se encuentra hoy sin vínculo laboral. Ella laboró como auxiliar de limpieza en el hospital clínico quirúrgico de la localidad y se desvinculó por los ya mencionados problemas de salud, aunque no existen documentos clínicos que avalen su incapacidad para el trabajo. La otra es su hija de 11 años de edad, estudiante.
Manifiesta la Directora de Prevención Social que, según informa la Dirección de Trabajo del municipio, teniendo en cuenta la situación de insuficiencia de ingresos para el pago de la alimentación y los servicios básicos, y que carecen de familiares obligados a la prestación de ayuda, el caso fue evaluado en el consejo de dirección de esa entidad el 2 de junio de 2023. Y por Acuerdo 139, se aprobó una prestación monetaria temporal de 2 626 pesos por un mes, la que está condicionada a su evaluación en la comisión de peritaje médico laboral.
Asimismo, puntualiza que Ana Delvis fue citada por dicha comisión el 8 de junio, pero no asistió; por lo cual se reprogramó el encuentro para el 28 del propio mes. Y en caso de que resultara apta para el empleo, se dispone de ofertas acordes con sus limitaciones, para su vinculación inmediata.
Agradezco la respuesta y la atención al caso, que es en definitiva lo más importante. No obstante, en la respuesta citada, se señala que Ana Delvis se dirigió a la página web del MTSS, pero no especifica cuándo. ¿Antes o después de la publicación de su historia aquí?
Además, no se esclarece el porqué, después de Ana Delvis visitar a la trabajadora social, no tuvo respuesta, y qué tiempo estuvo así, sin ella. Estos dos elementos me hacen sospechar que la atención al caso se aceleró con la revelación pública en esta columna.