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Ya tiene la eritoproyetina

El pasado 4 de marzo, desde el municipio habanero de San Miguel del Padrón, Luis Gutiérrez Urdaneta contó que a su mamá de 88 años, quien padece de insuficiencia renal crónica, dada la anemia persistente, se le indicó en el hospital Miguel Enríquez eritoproyetina humana recombinante por la doctora Yaneisi Soler Torres.

Como los bulbos se entregan en la farmacia del hospital a partir de la emisión de certificados médicos válidos por tres meses, tras el primer trimestre la doctora le emitió un nuevo certificado el 21 de febrero pasado. Y al no tener modelos oficiales de certificado tuvo que emitirlo en una hoja de papel común con los datos, descripción y cuños correspondientes, tanto de ella como del policlínico.

Pero en la farmacia del Miguel Enríquez no aceptaron aquel certificado posible. Aunque saben que hay una aguda escasez de modelos médicos, plantearon que tienen la orden de solo despachar los medicamentos con la presentación del certificado en el modelo oficial.

El 2 de marzo la hermana de Luis fue al hospital, con un modelo de certificado en blanco y con el emitido en una hoja ordinaria por la Dra. Soler; además con la historia clínica, el carné de identidad y la tarjeta de control del medicamento. Contactó con la nefróloga que estaba en funciones, quien se negó a transcribir el certificado al modelo oficial, pues Raquel no es su paciente, aunque dijo ser colega de la Dra. Soler. Y le informó a la hija que el responsable de suministrar modelos de certificados y recetas es el director del policlínico.

La hija fue a la farmacia de nuevo para convencer a sus funcionarias de lo incomprensible de tal situación. Y la respuesta fue la misma: sin modelo oficial no hay medicamentos. Finalmente averiguó dónde debía estar la Dra. Soler Torres. Le dijeron que en el policlínico 14 de Junio, de Diez de Octubre. Fue allí, y ya la Dra. no estaba.

«¡Y mi madre sigue sin inyectarse la eritropoyetina humana recombinante! ¿Qué hacer, Pepe Alejandro, cuando la salud de una anciana está en juego por unos dichosos papeles, la falta de previsión y la desidia? ¿Lograrán acortarle la vida a mi madre?, concluía Luis.

Al respecto, el propio Luis volvió a escribirme el pasado 7 de marzo para contar que ese día visitaron a su mamá el director del policlínico, la Dra. jefa del Grupo Básico y la médico de la familia. Le pidieron los documentos necesarios, hicieron todas las gestiones con un auto de la Dirección Municipal de Salud Pública y le trajeron las medicinas a la señora, quien lo agradeció a esta columna.

Espero, dice, que esto no tenga que ocurrir más ni para su madre ni para ningún cubano.Y que se saquen lecciones de esto y se tomen las medidas que cierren la puerta a las fuerzas destructoras. «La desidia no puede ser el futuro de Cuba y por ello todos los buenos cubanos vamos a luchar. También espero que respondan con el valor debido a su columna».

Igualmente revelaba que la doctora Mayda Martínez Gamboa, que vive en Santiago de las Vegas, al conocer por esta sección el caso, envió con su esposo
varias ámpulas de eritroyetina humana recombinante.

«Esa, dice, es la solidaridad inmanente a nuestro pueblo, la que ni la desidia ni la inercia jamás aplastarán.Yo llamé a la Dra. Mayda para agradecerle. Quisiera reconocer públicamente esa actitud, que me hace sentir tan orgulloso de haber decidido, pese al bloqueo y a la burocracia nacional, empecinada en destruir nuestro proyecto, “morir como viví”», concluye.

 

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