Acuse de recibo
El nuevo sistema de distribución de alimentos, que ha traído mejorías en ciertas tiendas, no lo ha logrado en otras, como la pequeña unidad de Calzada y F, en el Vedado capitalino, señala Charo Guerra Ayala (Calle E, No. 304-A, entre 13 y 15, municipio habanero de Plaza de la Revolución). Dice que allí, con 1 971 consumidores, se revela caótico; y aunque el Gobierno municipal está informado de las constantes quejas, no hay solución a la vista.
Llevan más de 45 días recuperando atrasos de los cinco productos indicados del primer ciclo: «Cuando parece que nos acercamos al segundo ciclo, añade, en realidad nos alejamos. Padecemos fallas continuas de abastecimiento y esquematismos. Calzada y F se ha convertido en la tienda de prolongada e interminable recuperación de despachos atrasados del primer ciclo. Y no avanza».
Ella contrasta con otras tiendas, como Trasval de Línea y 2, el Cupet de esa misma dirección, 12 y 17, Línea y E y otros, donde funcionan los ciclos y la equidad en la distribución.
«Siendo tan irregular e ineficiente la aplicación del nuevo sistema aquí, dice, ¿por qué no lo acaban de resolver? Las cadenas deben distribuir ya lo relativo al segundo ciclo, y la tienda comenzar a venderlo en el tiempo indicado. Luego, que apliquen el control para compensarle al consumidor pendiente lo que faltó.
«¿Qué ha impedido distribuir mejor la población que compra en Calzada y F entre los puntos de venta de los alrededores? Nadie ha explicado por qué estamos en desventaja. La equidad no ha sido aplicada aquí, y no va a aplicarse de seguir así: ni en los productos que se han destinado para los consumidores, ni en el respeto al ciclo de 21 días, ni en (al menos) el intento de vender el módulo completo. Ni en la posibilidad de que adelanten las ventas cuando la tienda está vacía. Y vacía está casi siempre.
«La idea de un nuevo sistema fue para ayudar, no para afectar. Si los responsables no han reparado en estos detalles y otros, no es por falta de información. Todos nos estamos quejando por diferentes vías. Yo misma comprobé ayer en mi mensajería, que la primera queja por escrito a Distribución del Gobierno Municipal, luego de varias llamadas telefónicas, la hice el 15 de diciembre de 2022. He seguido llamando y escribiendo.
«Otra observación: fue muy penoso para mí el trato que recibieron los LCC. No todos se comportaron del modo en que se dijo. No fue así en Calzada y F. Sentí vergüenza pues allí consiguieron orden, disciplina y empatía. Por cierto, ¿les hicieron antes a los LCC las correspondientes verificaciones? Si fue así, considero ineficaz dicho proceso. No creo que todas las personas aprobadas para cumplir esa función (a partir de su prestigio) puedan corromperse de la noche a la mañana. Algo hubo mal y no se ha analizado a fondo el motivo de dicho fracaso.
«Creo que es un buen tema para la prensa, y no debe quedarse pendiente tampoco. No somos materia para experimentos mal pensados, ni estamos en condiciones. En resumen, hoy 17 de enero, todavía buena parte de los 1 971 núcleos vinculados a la tienda de Calzada y F seguimos pendientes de algo, como el detergente del primer ciclo, producto que no se nos vende desde octubre.
«¿De dónde sale el detergente que se vende en la calle, por cierto? No creo que de quienes tuvieron el “privilegio” de comprarlo. Espero no se repita la película de las bodegas ilegales, tanto físicas como virtuales.
«Hay que decir también, a favor de Calzada y F, que ha contado con voluntarios como Rebeca que han hecho un extraordinario esfuerzo para garantizar el orden; y una gerente muy dedicada al trabajo (Sonia), así como la mayoría de los trabajadores, de quienes no tengo queja, excepto la negativa a adelantar la venta, de romper el esquematismo que alguien estipula. Pero ellos cumplen orientaciones. Si la estructura es mala, es de esperar que no funcione solo con voluntad. Deben tomarse decisiones adecuadas. ¿Es que los responsables no tienen poder de decisión?», concluye.