Acuse de recibo
René Barredo Pino (carretera de Santa Cruz, No. 6, entre Camujiro y Primera de Barreto, reparto Barreto, ciudad de Camagüey) cuenta que en diciembre de 2021 se inauguró una discoteca privada en la esquina de su casa. Por suerte, fue hecha con todas las de la ley. No se siente ningún tipo de ruido en su horario de trabajo, a partir de las 12 de la noche hasta las cinco de la madrugada, todos los días menos el lunes.
Pero… y siempre tiene que haber un pero. Desde que las personas llegan allí traen los ruidos y las molestias: música alta en los autos y los consiguientes tirones de puertas. Motos haciendo estruendos y motorinas con alarmas activadas. Y cuando salen de la discoteca ya ebrios, escándalos, discusiones y broncas. Gritando como si fueran las tres de la tarde. Poniendo música bien alta en los autos. Las motos acelerando. Sin respeto por el que duerme. Un infierno.
Y todo ello, frente al costado del hospital pediátrico, en una zona residencial.
Cuenta que visitó al delegado de la circunscripción, pues los vecinos no pretenden que se cierre un centro recreativo, por más bien concebido en su insonorización, pero sí solicitó un cambio de horario, de ocho a 12 de la noche. Sin respuesta. El día siguiente fue a Atención a la Población del Gobierno provincial. Sin respuesta. El 18 de enero de 2022, en Atención a la Población del Partido provincial. Sin respuesta.
El 1ro. de febrero un funcionario del Gobierno visitó su casa y habló con la esposa de René. Sin respuesta. El 15 de febrero él volvió a Atención a la Población del Gobierno provincial. Sin respuesta. Ese mismo día, en Atención a la Población de la Intendencia, lo enviaron al Gobierno municipal, a ver al Coordinador que atiende el sector no estatal, y no estaba.
El 7 de marzo dos funcionarios del Gobierno, no sabe si del municipio o de la provincia, contactaron con los vecinos y les dijeron que visitarían a René. Nunca fueron más. Posteriormente, René contactó con un funcionario del Gobierno municipal, quien le dijo que eso era competencia de las autoridades del orden público, que le iban a dar respuesta. Nada. Y cada vez que él llama al 106, nunca van al lugar de los hechos.
«Así estamos, y la vida sigue igual, afirma. ¿A quién tenemos que ver para que este problema se resuelva? ¿Dónde está la institucionalidad de este país? Lo que queremos es que se cambie el horario de la discoteca, y si no se cumple el respeto por los asistentes a la tranquilidad del vecindario, pues que la cambien de lugar. Alguien tendrá que asumir en rectificar el error de aprobar frente a un hospital pediátrico, y en una zona residencial, una discoteca con horario de madrugada, con ese público que afuera perjudica la tranquilidad ciudadana», concluye René.
Wilfredo Arturo Goris Miranda es trabajador del correo Zona Postal sito en el reparto Zamorana de la ciudad de Santiago de Cuba, y cuenta que desde el 1ro. de septiembre debió coger sus reglamentarias vacaciones que ya cobró, pero aún no ha podido salir para su merecido solaz.
«Mis jefes alegan que es que no tienen a quién poner por mí, dado que mi plaza es de cajero. Trabajo con muchísima responsabilidad y tengo que manipular millones de pesos y este trabajo no cualquiera está preparado o dispuesto a hacerlo. Y en mi unidad no tenemos contadores ni jefe económico para que me sustituyan.
«La directora de mi unidad se ha reunido con los jefes de la provincia, pero siempre dan evasivas. Primero decían que la persona que iban a mandar se enfermó, pero esta persona ya se incorporó y no la envían. Después, que mandarían a otras personas, pero estas se negaron. Y por último me dicen que la Contraloría entró a la empresa y ahora no puedo salir.
«Lo cierto es que no he podido salir de mis vacaciones que están planificadas desde principio de año. Vivo solo con mi mamá que está enferma y necesito estos días para poder atenderla y que haga el reposo que el médico le recomendó al menos durante estos días de vacaciones para ver si mejora un poco. Eso es conocido por todos mis jefes, de la unidad, municipio y provincia», termina.