Acuse de recibo
Desde la calle León No. 6, entre 1ro. de Mayo y Sariol, en la ciudad de Manzanillo, Luz Montero Castillo denuncia una triste historia de indolencia y desatención que sufren los vecinos, quienes ya no saben a quién recurrir luego de tantos reclamos.
Relata que viven frente a un solar donde antiguamente había un aserrío, el cual fue desmantelado hace algunos años. Y esa área, que está a la entrada de la ciudad y a cinco metros apenas de sus casas, la han convertido en un basurero.
La ley, afirma, dice que un basurero debe estar a dos kilómetros de la ciudad. Y aquí lo tienen a cinco metros de sus dormitorios. Hace tiempo se quejaron al Gobierno, al Intendente, en la reunión de rendición de cuentas del delegado, y el tema también se reflejó en el canal de televisión municipal.
Incluso, quien dirige Servicios Comunales en Manzanillo, de apellido Maceo, autorizó a todos los barrenderos y carretilleros a echar en ese sitio toda la suciedad, el fango y la pudrición que recogen de las calles, con el consiguiente mal olor y la proliferación de ratones, perros y gatos.
Ante el reclamo de los vecinos, el propio dirigente de Comunales prohibió a esos mismos trabajadores depositar basura allí. Pero la población, acostumbrada a verter los desechos en ese lugar, ha seguido depositando basura, mondongos de cerdos, animales muertos y escombros. A diario vacían sus cargas los carretones, vagones y equipos. «No hay quien controle ese lugar, refiere.
Tenemos que estar buscándonos problemas nosotros, y rogándoles que echen lo que traen más lejos. A veces lo hacen, y a veces no, y nos dan malas respuestas.
«Cuando pasan unos meses, nosotros viviendo en ese ambiente, y ya no cabe la basura, viene un tractor con una cuchilla y arrastra más para allá toda esa basura. Pero ese mismo día vuelve la población a echar lo que traen. Y cuando se enteran de que vienen visitas, del municipio o hasta del nivel nacional, le pasan una cuchilla, lo limpian y le ponen un cartel que dice que se está construyendo un ranchón. Hace tiempo le preguntamos a la delegada cuándo comienza esa construcción, y nos respondió que según Gastronomía no tiene presupuesto para esa obra. Y el basurero sigue ahí».
«Si el Presidente Díaz-Canel y el Gobierno están motivando a transformar los barrios vulnerables y trabajar para que prevalezca el orden y la limpieza, ¿cómo es posible que en Manzanillo se levante un basurero a la entrada de la ciudad, a cinco metros de nuestras casas, y los dirigentes no hagan nada?»
También denuncia que hace 20 años le plantearon a la delegada que los tragantes de la calle León están tupidos, porque cuando los hicieron no les pusieron rejillas. Y cuando llueve el agua y todo lo que arrastra se estanca frente a sus casas. Y como es una zona baja, toda esa suciedad entra a sus viviendas.
«Imagínense nuestro desespero con este tiempo de lluvias, señala. Comunales dice que quien tiene que ver con eso es Acueducto y Alcantarillado. Llamamos a este y nos dicen mañana vamos, y ya son 20 años. ¿Hasta cuándo se puede tener paciencia?», concluye.
Orlando Viera Sarut (calle Laurel, Edificio 44, apto. 11, entre 6ta. y 7ma., Reparto Eléctrico, La Habana) cuenta que hace dos meses está incapacitado en su domicilio, convaleciente de una operación en el hospital Julio Trigo, en la sala de Angiología, ya que es diabético y tuvieron que amputarle los cinco dedos del pie izquierdo.
Califica de «magníficos» a los médicos Dachel y Camilo, y señala que «están trabajando sin medicamentos debido al bloqueo». Le dieron de alta y desde entonces ha recibido «muy mala atención» por parte de Salud Pública y los trabajadores sociales.
«Tengo que recibir curación un día sí y otro no, refiere. La enfermera llega a mi casa sin material para curar porque dice que no hay, por lo que tengo que comprar clandestinamente por la calle los materiales. A los dos meses de estar en casa se personaron un médico y un trabajador social después de varias quejas al Gobierno y al Partido, diciéndome que me iban a ayudar, y todavía estoy esperándolos.
Además, dice que en el patio de su casa hay una fosa con una tupición sanitaria, con ratones y mosquitos. Y nadie se ha presentado para resolver el problema.