Acuse de recibo
EL pasado 5 de noviembre, y desde la ciudad de Las Tunas, Eddy Trujillo Leyva, trabajador por cuenta propia en la actividad de mensajero, refería que allí le prohibían comprarles en las tiendas en MLC a sus clientes, cuando él solo les cobraba el servicio de hacerles la cola, adquirir la mercancía indicada y llevársela a domicilio.
«No entiendo, decía, por qué se limita ejercer una actividad lícita, transparente, útil y cómoda para los clientes, cuando además es una alternativa para que no caigan en manos de revendedores inescrupulosos aquellos que por algún motivo no pueden hacer las grandes colas».
Y responde Martha Elena Feitó, ministra de Trabajo y Seguridad Social, que, según se conoció por Amaury Meneses Estrada, intendente del municipio de Las Tunas, Eddy fue entrevistado por el coordinador de Programas y Objetivos Ernesto Fonseca Labrada, quien atiende los programas de la Economía y el Grupo Multidisciplinario del Trabajo por Cuenta Propia; y por Alberto Tamayo Abellera, jefe del Grupo de Apoyo a la Lucha contra Coleros y Acaparadores.
«En la entrevista, añade, se le explicó que la orientación de regular las ventas de los efectos electrodomésticos y otros productos de alta demanda, así como la frecuencia de adquirirlos teniendo en cuenta las limitaciones de estos por la baja disponibilidad, fue indicada por el grupo temporal de trabajo del municipio, en aras de lograr una mayor equidad en la distribución de algunos productos que presentan inestabilidad, y evitar el acaparamiento y los revendedores.
«De igual forma, le fue expuesto por los funcionarios que la intención no fue prohibirle el ejercicio de su actividad, sino acogerse a lo orientado por el grupo temporal de trabajo del Consejo de la Administración Municipal, y se le sugirió que podía prestar sus servicios en otras redes de comercio y no concentrarse solamente en los productos regulados que se venden en las tiendas de MLC; de ahí que resultara improcedente otorgarle una carta para que tenga acceso a ofertas que están reguladas para el resto de la población», concluye.
Vicente Alvarado Viñas (Calle 94-A, Edificio 11-D, reparto Guiteras, Habana del Este, La Habana) ha sido durante años un fiel colaborador de esta columna, con denuncias de todo lo que anda mal. Y ahora hace un inventario de irregularidades en su barrio, las que califica como «reflejo fehaciente de no ponerles corazón a los problemas que reclaman los vecinos».
Cuenta que en 94 A y 110 lleva ya más de tres meses el derroche de agua potable las 24 horas del día. Y por si fuera poco, allí mismo hay un desbordamiento de aguas albañales con más de dos meses de impunidad. Todo ha sido reportado, especialmente por la combativa delegada del Poder Popular, y siguen ahí.
Añade que en Nueva del Oeste y calle 23, al costado del policlínico Wilfredo Santana, hay un salidero de agua, al parecer albañal, que lleva más de tres meses, ha sido reportado y permanece en las mismas condiciones.
En Avenida Casa Blanca y Calle 23 hay un hueco que lleva más de un año sin tocarse. Por allí pasaba la ruta de ómnibus A-83 y fue desviada. «Parece que es mejor que desvíen una ruta de guagua que arreglar el hueco», expresa.
Y muy cerca al reparto Guiteras, frente al velódromo nacional Reinaldo Paseiro, el Complejo de Piscinas Baraguá y la cancha de tenis, hay un tramo de la autopista Monumental con 12 luminarias que no encienden hace más de tres meses. Ha sido reportado y aún hay ausencia total de respuesta.
Según describe él, esas áreas solitarias permanecen de noche en inmensa oscuridad. Y en todos los sitios mencionados laboran mujeres que cuando entran al trabajo temprano o salen al anochecer sufren inmoralidades de exhibicionistas y hasta se han dado manifestaciones agresivas.
«Son innumerables los criterios y estados de opinión que se derivan de las calamidades que continúan imperando en el consejo popular Guiteras», concluye Vicente.