Acuse de recibo
Desde el municipio capitalino de Habana del Este, Ángel Montero Hernández, de 44 años, contaba el pasado 19 de febrero que es impedido físico de nacimiento, con parálisis cerebral infantil espástica y pie equino en ambas extremidades. Sometido a seis intervenciones quirúrgicas, logró caminar pero con ayuda. Con apoyo de sus padres y hermana, estudió hasta la enseñanza superior y se licenció en Informática con Título de Oro.
Trabajó con mucho sacrificio, pero ya no podía moverse, por su deterioro físico-motor. Y sus padres, sin salud para apoyarle. A fines de 2019 intentó solicitar una pensión. Su hermana, que no vive con él, fue atendida en la filial municipal del Instituto Nacional de Seguridad Social (Inass): Le indicaron llevar certificado de diagnóstico de la enfermedad por el área de Salud y resumen de historia clínica del hospital, para presentar a la comisión de peritaje médico.
Por el gran volumen de pacientes en el hospital, los documentos estuvieron un mes después. Los presentó a la funcionaria del Inass, quien dijo que el resumen de historia clínica no servía: Tenía fecha del mes anterior. Y resultó también que le faltaban detalles, sobre los que antes no habían precisado.
En espera de los nuevos documentos, ya en 2020 La Habana entró en cuarentena por la COVID-19. «Todo este tiempo hasta hoy, afirma, he estado confinado en mi casa, sin recibir salario alguno, ni visita de nadie que atienda los casos vulnerables, a pesar de vivir con mis padres ya ancianos y con alto riesgo. En estos momentos en mi casa solo se percibe la jubilación de mi papá».
Cuando La Habana se abrió en meses anteriores, su hermana volvió a reanudar los trámites. Otra funcionaria de la filial del Inass le atendió, porque la anterior ya no laboraba allí. Esta presentó la documentación a la Comisión de Peritaje, la cual le fue rechazada por diversas razones que él consideraba absurdas.
Argüía Ángel que en medio de la pandemia, y con los altos precios, se sentía sin respaldo económico para enfrentarlo. «¿Hasta cuándo seguiremos con las trabas y el burocratismo? Creo innecesario tanto papeleo cuando solo basta verme para confirmar mi cruda realidad», concluía.
Al respecto, responde Yanelis B. Palomino de la Fuente, directora del Inass en La Habana, que su homóloga en Habana del Este visitó a Ángel el pasado 19 de febrero. Supo que él está solicitando un trámite por invalidez; y posee un expediente laboral desde enero de 2000 hasta el 31 de enero de 2008 trabajando en el Joven Club de la Zona 3 de Alamar. Además, tuvo un contrato temporal por cuatro meses impartiendo clases. De 2009 a 2019 no halló empleo por discapacidad, y laboraba en su casa por su cuenta, como técnico de Software.
En junio de 2019, añade, se presentó en el Inass para ser orientado sobre el trámite a realizar como desvinculado, y valorarse por la Comisión de Peritaje Médico Laboral. Y se le explicó el trámite y los documentos a presentar.
Al entregar la documentación, fue devuelta por la Comisión, pues el resumen era del consultorio médico de la familia, no del médico de asistencia. Y el certificado médico era del hospital Frank País. Se le citó a la filial, para devolverle los documentos, y explicarle las causas de la devolución, realizada por la Comisión de Peritaje.
El 17 de diciembre de 2020, añade, se presentó de nuevo en la filial con los documentos, que tenían las mismas dificultades. Se le devolvieron de nuevo. Y constataron que su salud se ha deteriorado, ya no puede salir a la calle y depende de alguien para que lo represente.
Se le explicó que no posee los requisitos establecidos por la Ley 105 de Seguridad Social. Debe presentar la documentación correctamente, para su valoración de nuevo por la Comisión de Peritaje Médico Laboral; o presentarse en la Dirección Municipal de Trabajo, para que esta evalúe su caso y apruebe o no una prestación de Asistencia Social.
Agradezco la respuesta. Y cualquiera que sea el desenlace de esta historia, una persona como Ángel, que se creció sobre sus propias limitaciones y avanzó más que muchos bendecidos por la propia naturaleza, ahora que ya no puede más merece la protección y el amparo correspondientes.