Acuse de recibo
Allá en Avenida 60 No. 3911, entre 39 y 41, en la ciudad de Cienfuegos, Carmen de los Ángeles González Amores está molesta, aguardando por que el Instituto Nacional de Seguridad Social (Inass) le pague el dinero que le debe.
Carmen se jubiló hace varios años, y vive sola con su madre de cien años de edad. Y como no tiene muchas oportunidades de salir de su hogar, venía cobrando su pensión cada tres meses. El 2 de diciembre de 2019 fue a cobrar en la agencia bancaria 419 lo correspondiente a ese mes y a octubre y noviembre. Y le informaron que su chequera estaba congelada, debía ir a la filial cienfueguera del Inass.
En el Inass le explicaron la razón: A partir de diciembre cobraría mediante tarjeta magnética. Debía retornar al Banco y recoger su tarjeta, y octubre y noviembre de 2019 los cobraría por cheque emitido por el Inass en su instancia nacional. Pero no sabían cuándo se emitiría este.
En diciembre 23 y enero 3, Carmen volvió al Inass cienfueguero, y el cheque no había llegado. El 3 de enero ella llamó a la Dirección Provincial de Trabajo, al compañero que atiende esa esfera, llamado Lino. Y este le comunicó que según las instancias nacionales el cheque estaba en trámites. Que estaría listo ese fin de semana.
Pero nada. Carmen volvió a las oficinas del Inass en la Perla del Sur los días 10, 17 y 24 de enero. Y el cheque brillaba por su ausencia.
«Las obligaciones financieras de mi casa, afirma, no se pueden postergar. El agua, la electricidad, la comida, los medicamentos, no admiten demora. ¿Quién se responsabiliza con cubrir las necesidades financieras de mi casa? ¿Hasta cuándo debo esperar por la persona responsable de emitir dicho cheque?, concluye.
En esta historia asoma el desentendimiento de las normas más elementales de comunicación al ciudadano. Además de la demora en el cheque y la falta de una explicación al respecto, ¿no se hubiera evitado tanta angustia para esa señora, si a tiempo, y desde un inicio, le hubieran comunicado que el pago de su pensión pasaría a la modalidad de tarjeta magnética a partir de determinada fecha?
Rosario Rodríguez Matamoros (calle 2da. no.612, entre Avenida Garzón y Calle K, reparto Sueño, Santiago de Cuba) impuso el 7 de junio de 2019 un paquete en el correo central de Santiago de Cuba, con medicamentos cuyo peso bruto era 1,938 kg, con destino a Matanzas.
La destinataria y el cartero correspondiente se presentaron en varias ocasiones en el correo central de Matanzas para recoger el bulto. Y la respuesta una y otra vez era que no había llegado. Pero el 5 de septiembre de 2019 recibió Rosario la notificación de que debía recoger un paquete en la oficina de correos Santiago 4 del reparto Sueño.
«¿Cuál no sería mi sorpresa, expresa, al ver que el paquete era el mismo que yo había enviado a Matanzas, rotos tanto el paquete como algunas de las medicinas que contenía. Me negué a llevármelo».
Rosario hizo la reclamación en el departamento de Atención a la población en menos de 24 horas. Desde entonces se ha presentado en ese departamento en varias ocasiones, y le dicen que Matanzas no responde.
«Ellos aquí en Santiago, refiere Rosario, no consideran que deban darme una respuesta. Lo único que puedo pensar es que si los medicamentos hubieran hecho la diferencia entre la vida y la muerte del destinatario de mi paquete hoy estaríamos lamentándolo.
«Alguien pudiera argumentar que en caso de ser una urgencia no hubiera elegido enviar las medicinas por esta vía. Sin embargo, creo que, sea más o menos urgente la entrega en las condiciones adecuadas de un envío, le corresponde a la entidad encargada de prestar el servicio. Y ha de hacerlo con calidad, dejar satisfecho al cliente, cuidar de los bienes que se le encomiendan y responder a los ciudadanos cuando se presenta algún imprevisto o dificultad. Es lo mínimo como ejercicio de respeto a los otros y de la empresa a sí misma», concluye.