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¿Y la claria dónde está?

Basada en las dificultades actuales del abastecimiento alimentario del país, y por constituir la acuicultura una alternativa muy aceptada por la población, Hilda Trujillo Baltar quiere conocer qué ha sucedido con la tan aceptada claria.

Hilda, vecina de Marqués González No. 109, altos, en Centro Habana, La Habana, manifiesta también que tampoco aparecen en el mercado otras especies como la carpa y la tenca, que son muy espinosas, pero que bien podrían procesarse, mediante encadenamientos productivos, en picadillos y otras variantes.

La remitente precisa de las instituciones correspondientes una explicación del porqué, en el momento en que más se les necesita, estas especies, tan prolijas en reproducirse y con tantas posibilidades de procesarse, brillan por su ausencia.

Esperemos que la inquietud de Hilda, que puede ser la de muchos, pueda ser respondida por el Ministerio de la Industria Alimentaria.

Albañales desatadas

Eradys Peña Rodríguez (Edificio 38, apto. B-2, Nuevo Manzanillo, Manzanillo, Granma) cuenta que en la calle Segunda Avenida de ese reparto, frente al taller de Comunales, una rejilla de alcantarillado permanece  hace mucho tiempo vertiendo aguas albañales, que corren por la calle contaminándolo todo.

Esta situación, precisa, la denunció en dos ocasiones en las oficinas de Atención a la Población del Poder Popular municipal, hace cerca de un año. Y fue hace unos cuatro meses que una funcionaria de Atención a la Población de Acueducto, llamada Beatriz, le comunicó que todo estaba listo para comenzar el trabajo, y solo faltaba la autorización del director de Planificación Física.

Un mes después, se presentó una brigada e inició la excavación, que abarca la mitad de la calle. La otra mitad está cubierta por la tierra que extrajeron. Y se retiraron sin concluir el trabajo.

«Ahora la situación es más compleja, afirma. El vertimiento continúa y con él, el mal olor. El tránsito está interrumpido en la vía. Los medios de transporte tienen que desviarse por el área verde. ¿Cuándo se resolverá esta situación?, concluye Eradys.

Nunca más volvieron

Adolfo Ernesto Claxton (Santa Rita 1204 A, entre Camilo Cienfuegos y 1 Sur, Guantánamo) cuenta que en el parterre o jardín de su vivienda se ha creado un enorme hueco de más de dos metros de profundidad, al parecer provocado por la rotura del brazo de una acometida que vierte los desechos albañales, el cual está socavando la acera y ha provocado varios accidentes por caídas de ancianos y niños.

El asunto, refiere, fue reportado, a fines de enero pasado, a Acueducto y Alcantarillado, que envió una brigada de operarios en marzo, y alegaron que, como no había agua en la zona, nada se podía hacer. Y nunca más volvieron. También el Gobierno municipal fue impuesto del problema hace cuatro meses, por el delegado de la circunscripción.

«El problema se acrecienta, plantea Adolfo, pues la vivienda se encuentra en una zona baja, con antecedentes de constantes inundaciones por las lluvias, y recurrentes obstrucciones de las acometidas con aguas putrefactas por varios días, las que han causado malestar y daños a la salud de los vecinos de la cuadra».

Gracias

Juan Miguel Salazar (edificio 3, apto. 17, reparto Nueva Media Luna, Media Luna, Granma) relata que su niño fue intervenido quirúrgicamente en el hospital pediátrico Hermanos Cordové, de Manzanillo, «y durante todo el proceso de consultas hasta la operación, fuimos atendidos por un equipo médico y paramédico con alto grado de profesionalidad y ética médica, que reflejan el quehacer diario de esa prestigiosa institución».

En particular agradece las atenciones del urólogo Angelito, el anestesiólogo Pablo, las enfermeras Graciela y Elba, del salón preoperatorio, la camillera Yamilé, así como de las enfermeras de la Sala A: Leonor, Xiomara y Matilde. «A todos darles nuevamente las gracias por el apoyo en un momento de tensión de los familiares».

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