Acuse de recibo
Si desestimulantes para el vuelco productivo que requiere la agricultura cubana son los problemas de impagos al campesino por parte de una empresa estatal, tan lacerante y más paradójico es cuando esa deuda proviene del propio movimiento cooperativo.
Mayelín Luna Gutiérrez (Calle 50, número 22, entre 27 y 59, reparto La Victoria, Morón, Ciego de Ávila) cuenta que su padre, Leopoldo Luna, es socio de la cooperativa de créditos y servicios (CCS) Nardelio Álvarez, en el poblado de Falla, en la propia provincia. Y desde hace más de siete años se ha dedicado a la cría de ganado vacuno, el cual vende a la Empresa Pecuaria Genética Turiguanó, contrato mediante entre esta y la cooperativa.
La empresa paga a través de transferencia bancaria a la CCS y le da la factura a su papá, quien la presenta a la cooperativa. Y luego del descuento del llamado dos por ciento sociocultural y del cinco por ciento del Banco, la CCS desembolsa al campesino.
El problema comenzó cuando el 24 de enero de 2018, al no recibir el transporte de la CCS, y alquilándolo con medios propios, efectuó la venta a la Empresa Pecuaria Genética Turiguanó por valor de 153 763.70 CUP, factura a la cual el comprador le suma el siete por ciento por la transportación. Y así la factura asciende a 164 473.66 CUP.
Señala Mayelín que al efectuar el cobro, con la presencia del jurídico y de la económica de la CCS, le informaron a su papá que solo pueden pagarle el valor del ganado, pues hay que descontar el siete por ciento correspondiente a la transportación y comercialización, a pesar de que el campesino había corrido con todos los gastos de alquiler de transporte, combustible, pago de las pruebas serológicas, certificados, pases de tránsito y personal especializado en la actividad (monteros), con su respectiva alimentación.
Posteriormente, y aunque no ha cobrado esa venta, Leopoldo volvió a hacer dos más: el 4 de julio y el 4 de agosto de 2018. Y solicitó a la CCS que corriera con los gastos de transportación y comercialización, para que pudiera cobrar el siete por ciento.
Se fijaron en dos fechas el día de dichas ventas, y el transporte nunca llegó. Entonces Leopoldo solicitó el servicio de transporte a la Empresa Pecuaria Genética Turiguanó e hizo las ventas.
Pero cuando presentó las facturas a la cooperativa, el jurídico y la económica no se las recibieron, diciéndole que habían roto el contrato con la empresa compradora. Leopoldo nombró una abogada en el Bufete Colectivo de Morón, quien emitió un dictamen que define que existe una violación de la CCS Nardelio Álvarez en cuanto al pago a su papá. Y estableció queja ante la Fiscalía de Chambas en diciembre de 2018, de la cual espera resultados.
«Lo cierto, expresa Mayelín, es que el trabajo de todo un año está volando. Y a pesar de que la del problema del siete por ciento fue la primera factura, todas están sin cobrar; pues las otras nunca las recibieron. Y afectan la economía familiar, pues aumenta el pago de los impuestos, al sumarse a las ventas del año en curso, sin él tener ninguna responsabilidad».
Según Mayelín, se ha alegado que hay violaciones entre las respectivas direcciones de la CCS y la empresa. Pero no se ha explicado con claridad cuáles son.
«Pero quien sí no tiene la culpa, asegura, y no ha podido cobrar el dinero, es mi papá. Y nos consta que la Empresa Pecuaria Genética Turiguanó en todos los casos transfirió el dinero de las ventas a la CCS Nardelio Álvarez; y esta no ha querido pagar, al no permitírsele que se apropiara del siete por ciento de transportación y comercialización de la primera venta», concluye.
Y no quiero terminar sin antes reflejar la gratitud de Suilén Soi González, vecina de San Benigno 413, entre Santa Emilia y Santos Suárez, en el municipio capitalino de 10 de Octubre.
«Quiero agradecer a todos los eléctricos por la proeza que realizaron en mi Habana tras el desastre inmenso que causó el tornado, que no dejó un poste en pie, todo amaneció en el suelo. Pero más fuerza tuvieron esos abnegados trabajadores, a quienes no les importaba el sol, el viento o el cansancio. Muchas veces quedaban trabajadores en lo alto de los postes sin escaleras porque hacían falta en otro lugar. Felicidades a todos por la unidad».