Acuse de recibo
Once años después, escribe de nuevo Silvia Gutiérrez González, en nombre de los vecinos del edificio sito en calle 25, no. 501, entre H e I, Vedado, La Habana, para denunciar que el vertimiento de aguas albañales provenientes del vecino hospital Calixto García sigue afectándoles.
El 14 de septiembre de 2006 reflejé aquí la primera queja de Silvia acerca de ese vertimiento, que desembocaba en la calle 25. Ella contaba que hacía mucho tiempo se registraba ese escurrimiento desde áreas interiores del Calixto, y que luego de alertar al área de Epidemiología del policlínico La Rampa, se dirigió a la dirección del hospital, y allí le manifestaron que estaban esperando por Aguas de La Habana para resolver tal situación.
El 11 de octubre de ese año reseñé la respuesta de Aguas de La Habana: Que en recorrido conjunto con directivos del hospital por sus áreas interiores para detectar las causas de los vertimientos, se acordó la desobstrucción de las redes principales de alcantarillado del centro, la reparación de la tubería del área de la sala de Terapia, y la de algunos de los registros, siempre con el concepto de apoyo, dado que eran problemas internos del centro.
Aguas de La Habana, cuya responsabilidad se limita a las redes exteriores, planteó que colaboraría para facilitar las soluciones. Hizo sus trabajos, y quedaban pendientes otros, ya responsabilidad del hospital, sin los cuales no se garantizaba que no ocurrieran nuevas obstrucciones.
Tras 11 años, Silvia apunta que «desde hace más de una semana diariamente llamo a la Dirección del hospital Calixto García acerca del continuo vertimiento de aguas albañales que salen del hospital y corren por el pasillo del edificio número 501, separado por un muro de otro pasillo del Instituto de Gastroenterología, pasan por la acera del edificio, donde a unos pasos está nuestra cisterna, y siguen por la calle I hasta los desagües de la calle 23, situación que empeora con las constantes lluvias que, además, arrastran la arena proveniente de la reconstrucción de áreas del hospital, y obstruyen los tragantes de las calles».
Y revela que en otra crisis de albañales desde el Calixto, el 2 de septiembre de 2015 el presidente del consejo de vecinos del inmueble, luego de notificar la situación a todas las instancias desde la base hasta el Ministerio de Salud Pública, dirigió una carta al Partido, el Poder Popular, el Citma y la Fiscalía General de la República (no precisa a qué niveles).
El asunto, dice, era porque en el hospital les decían no tener presupuesto para acometer la reparación hasta 2016. Al final, recuerda, se hizo un dictamen técnico, con fecha 15 de septiembre, y se acometieron las supuestas reparaciones.
Silvia dice supuestas, porque el asunto persiste, con la diferencia de que ya no afecta directamente al Instituto de Gastroenterología, sino que las aguas corren solo por el edificio no. 501. Además, refiere, Aguas de La Habana puso un registro en medio de la calle y a su alrededor se ha producido un gran bache al irse hundiendo el pavimento por falta de una base sólida. A escasos metros hay otro registro frente a la calle I, acompañado de otro bache, que ahora acumula el líquido vertido desde el hospital.
Desde la comunidad de Aguada de Moya, en el municipio de Camajuaní, escribe Flora Valdés Pérez para contar la frustrante historia del abandonado camino de La Majagua, que hace más de 20 años es el planteamiento permanente de los paisanos allí.
De asamblea en asamblea, las respuestas son diversas: no hay combustible. La brigada está fuera de la provincia. El presupuesto era necesario para otras prioridades. Y así ha transcurrido la larga espera de esa comunidad.
A inicios del presente año llegó la alegría: En reunión con los electores, el delegado les informó que se había aprobado el presupuesto para arreglar el camino, que ya estaba todo, solo había que esperar por la brigada, la cual ya venía para comenzar. ¡Qué alegría!, recuerda Flora, ya los niños iban a ir a la escuela sin tantas dificultades, y las embarazadas a sus consultas.
Pero la alegría dura poco en casa del pobre. La brigada no vino en todo lo que va de año, y ahora que falta un mes para concluir 2017 solo se van a arreglar 500 metros. ¿Qué van a hacer con el presupuesto? », se pregunta Flora.
Aunque el problema está desde hace dos décadas, ahora mismo la solución del caso puede estar atravesada por la realidad que ha afrontado ese territorio tras el paso devastador de Irma.