Acuse de recibo
El pasado 15 de marzo afloró, una vez más, el arbitrario proceder con el cliente por entidades estatales que prestan servicios, cuando Eduardo Arias Fernández narró aquí sus avatares con la óptica de 44 esquina a 31, en el municipio capitalino de Playa.
Contaba él que, con la receta correspondiente y una armadura nueva suya, el 3 de febrero de 2017 mandó a hacerse allí unos espejuelos y pagó el importe. Le dijeron que debía esperar dos meses para recogerlos. Y el 7 de marzo lo llamaron desde la óptica para que se presentara allí… ¡porque habían partido la armadura!
Cuando fue, la dependienta le informó que la armadura la habían partido «sin querer», pero él tenía que comprar otra nueva, la cual costaba 20 pesos. Eduardo respondió que ya había gastado 20 pesos en la armadura que rompieron, y solicitó a la empleada que ya no le hicieran los espejuelos y le devolvieran su dinero. Ella le dijo que se llevara los cristales y la armadura averiada, porque el dinero no se lo podían devolver. Ya lo habían depositado en el banco.
La empleada le exigió que le diera el comprobante de pago, y Eduardo se negó. «Yo debí ser indemnizado por la óptica, y ahora resulta que los indemnizados son ellos, y yo tengo que pagar el mal trabajo que hicieron», concluía.
Al respecto, responde el doctor Reinol García Moreiro, director provincial de Salud en La Habana, que una comisión investigó el caso y se entrevistó con Eduardo, el administrador de la óptica, la encargada del almacén y la dependienta; además, revisó el libro de órdenes de la unidad.
«Se evidenció —subraya— desactualización en el registro de órdenes e incremento de los casos registrados pendientes de corte y monta pertenecientes al stock, situación que la administración no puso en conocimiento de sus superiores, para la toma de decisiones oportunas».
Destaca que no se confeccionaban los listados de las órdenes que salían del almacén con destino a corte y monta. Y se comprobó desconocimiento por el administrador sobre los procesos que tienen lugar en la unidad (ciclos de entrega, desactualización de registros, violaciones del control interno).
Se constató desorganización en el proceso productivo y falta de preparación de la dependienta, «pues se le ofreció a Eduardo una información errada, ya que la graduación demandada no requería tallado de los cristales, pues esta existía en el stock de la unidad, y solo era necesario realizar el proceso de corte y monta, cuyo tiempo establecido es de 72 horas».
Durante la investigación, refiere, se observó falta de limpieza y de organización en la unidad, y escasez de modelos de armaduras para ofertar a la población.
Señala el doctor Reinol que en el Manual de Normas y Procedimientos de los Servicios Ópticos se establece que «en caso de que la armadura sea propia, describirla en el vale por detrás y en el sobre; y será sin garantía y la firmará el paciente como constancia de que se le dio a conocer».
Pero en este caso, aun cuando aparecen las firmas del paciente en el vale y en el sobre, no se precisa la razón por escrito, solo se refleja: «PP». Y al investigar, señala, «nos explican que quiere decir plástica propia, por lo cual no existen evidencias de que esa información haya llegado al compañero con claridad, al tener repercusión en su economía, lo que no le permitiría obtener una nueva».
Además, se demostró que fue incorrecta la información dada a Eduardo sobre el plazo para recoger los espejuelos terminados, «pues tratándose de cristales del stock, el ciclo de entrega es de 72 horas y no de 60 días, como le informaron».
Por todo ello, indica, al administrador de la óptica se le aplicó la democión definitiva del cargo; a la encargada de almacén y a la dependienta, un traslado a otra plaza de menor remuneración por tres meses. Y a la directora y el subdirector técnico de la Empresa Provincial de Servicios Ópticos se les hizo un señalamiento crítico en el Consejo de Dirección de la Empresa, «por falta de acciones de control y seguimiento en la mencionada entidad».
Finaliza que «al paciente le fueron entregados los espejuelos bifocales y los de visión cercana que había mandado a confeccionar en Óptica de Línea y en Óptica de Playa, respectivamente».