Acuse de recibo
Desde el Crucero de Felton, Vuelta Larga, s/n, Mayarí, Holguín, escribe Eric Rivera Céspedes para contar de las angustias de transporte que día a día sufren los residentes del sitio.
«Vuelta Larga cuenta con una población cercana a los 1 500 habitantes que necesitan trasladarse hacia Mayarí periódicamente para satisfacer sus necesidades; pero carece de transporte de pasajeros. (…) Las tres rutas que tenía se las quitaron definitivamente hace más de 25 años», se duele el lugareño.
A continuación describe los recorridos de aquellos medios: Mayarí-Castillito-Vuelta Larga-Felton (y retorno), Mayarí-Cajimaya-Vuelta Larga-Felton (y retorno) y Mayarí-Vuelta Larga (y retorno).
El remitente sabe de los atolladeros económicos que debe afrontar el país; pero considera que tal vez aunque sea una de estas rutas se pudiera restablecer, con una proyección que permita aliviar las urgencias de los habitantes de la zona.
Igualmente, en cuanto a vías de comunicación destaca el holguinero que los dos kilómetros de carretera que dan acceso a la Central Termoeléctrica Lidio Ramón Pérez, de Felton, en el propio Vuelta Larga, están plagados de baches, lo cual obstaculiza grandemente el traslado de los obreros de tan importante institución.
¿Qué dicen las autoridades del municipio y la provincia ante estos reclamos?
Controlar el peligro de un persistente escape de gas: tal era la alarma que encendía en estas líneas, el 27 de febrero último, la capitalina Marlys Calydis Sáez Méndez (San Cristóbal, No. 274, apto. 4, entre Prensa y Primelles, Cerro). El problema, refería la lectora, se remontaba a dos años de gestiones infructuosas y afectaba a diez viviendas del edificio, en las cuales el fuerte olor a gas a veces obligaba a cerrar puertas y poner ventiladores.
Representantes de la entidad encargada de solucionar el asunto habían acudido una y otra vez ante llamados de los vecinos, aparentemente dejaban todo resuelto, pero en muy poco tiempo se «respiraba» nuevamente el problema.
A propósito contesta Jorge Navarro Reyes, director general de la Empresa de Gas Manufacturado de Cupet. Comenta el directivo que el Grupo de Atención al Cliente de su empresa y una comisión designada para atender el caso específicamente investigaron la situación a que aludía la habanera en su carta.
«Las veces anteriores en que se reportaron los escapes a los que se hace referencia se les dio la atención requerida según los procedimientos establecidos en la entidad», acota el funcionario.
Y precisa que esta vez fue visitado el lugar por los técnicos y trabajadores de la institución, con el equipamiento requerido, y quedó solucionado el problema el pasado 5 de marzo.
«Se obtuvo la satisfacción de la cliente con el trabajo realizado», apunta el Director. Se les explicó a los afectados —agrega— que el hueco que hubo que abrir a efectos de la reparación quedaría sin tapar y verter hormigón «hasta tanto Aguas de La Habana no eliminara un salidero existente». Finalmente, señala el ejecutivo que el Consejo de la Administración de la Empresa decidió calificar la queja: «Con razón, en parte».
Agradezco la misiva. Tranquiliza saber que el problema ya quedó resuelto y a estas alturas hasta podemos suponer que el hueco también se haya tapado con el correspondiente hormigón. Sin embargo, nada explica el Director de la empresa acerca de por qué las veces anteriores en que se reparó el salidero de marras, duró tan poco la solución. ¿Se había hecho con la calidad que requería? ¿Quién o quiénes debían responder por ello?