Acuse de recibo
El pasado 28 de febrero, y desde la ciudad de Santiago de Cuba, la lectora Elsa Duvergel Dalas contaba muy alarmada lo que se encontró en la notaría de Caimanera, provincia de Guantánamo, cuando viajó hasta ese municipio para hacer trámites.
Elsa contaba que los servicios notariales allí se encontraban paralizados hacía más de un mes por falta de recibos de pago, lo que ella consideraba «una falta de respeto con los ciudadanos». Y agregaba que en la Notaría no sabían informarle cuándo se resolvería el asunto.
Al respecto responde Norges Rodríguez Delgado, director provincial de Justicia en Guantánamo, quien, luego de la investigación realizada, lo primero que señala es que Elsa no fue cliente de la oficina notarial de Caimanera, y que la información de la ausencia de modelos de Convenios de Cobro para prestar el servicio la obtuvo de familiares suyos y de la Notaria de la localidad, en conversaciones informales por teléfono, fuera del centro de trabajo y en día no laborable.
Se comprobó, manifiesta, que la falta de modelos de convenios en dicha oficina notarial, si bien no fue por un mes, es cierta: desde el día 18 hasta el 29 de febrero de 2016, por espacio de ocho días hábiles; período en que a pesar de haberse efectuado consultas, orientaciones, recibir y radicar asuntos, se dejaron de autorizar documentos notariales a la población.
Reconoce Norges que tal carestía «era fácilmente prevenible tanto por la Notaria actuante como por la Directora de Justicia de Caimanera, quienes no reaccionaron de manera oportuna y adecuada, pues tres días antes (15 de febrero) de que se les agotara el modelo se efectuó en el centro la reunión de presentación y análisis del plan y el presupuesto para el año, en el que se debatieron las necesidades y aseguramientos materiales para su labor, presidido por la Subdirectora Provincial de Servicios Jurídicos, sin que se expusiera el riesgo de agotarse estos».
Apunta que es «totalmente injustificable» que se paralizara la autorización de documentos notariales por ese concepto, pues la Dirección de Justicia de Caimanera cuenta con los recursos y el personal necesarios para su reproducción (impresión) y foliado. Y considera que se actuó «con superficialidad y poco compromiso popular por la funcionaria y la cuadro responsables, a pesar de ser dos compañeras de varios años de experiencia y resultados positivos en su desempeño».
Además, agrega, se incumplieron los procedimientos de la comunicación institucional para tales casos, por parte de la Notaria hacia el Departamento de Notarías, hasta el colmo que el 25 de febrero hubo un encuentro técnico de notarios con los responsables de la actividad en la provincia y se abstuvieron de plantear la afectación al servicio.
Similar conducta, precisa, mantuvo la Directora Municipal, quien en ningún momento informó dicha carencia a los directivos provinciales, a pesar de lo normado y los múltiples canales existentes: correo electrónico, chat y telefonía fija y móvil. «Faltó voluntad para atender el problema y evitar el maltrato a la población: es la verdad».
Añade que se adoptaron «las justas y merecidas medidas disciplinarias» con la Notaria y la Directora de Justicia en el municipio. Y se perfilaron los procedimientos para la información y detección oportuna de las problemáticas que obstaculizan esos servicios, con vistas a evitar su reiteración.
La respuesta, apunta, fue notificada el 10 de abril a la señora Elsa Duvergel Dalas, quien mostró su conformidad, y sugirió darle seguimiento a las irregularidades que pudieran resultar de este servicio.
Agradezco la respuesta, aun cuando no se precisa qué medidas disciplinarias se tomaron con las responsables de tal descuido. No habrá sido por un mes, pero durante ocho días hábiles se afectó el servicio notarial a la población por sencillos modelos o papelitos, teniendo condiciones para garantizarlos. Ojalá la lección haya prendido y esta irresponsabilidad no vuelva a repetirse.