Acuse de recibo
Preferimos no revelar respuestas sobre denuncias muy alejadas en el tiempo. Pero el caso de hoy, aunque la queja data del 21 de octubre de 2015 y la respuesta del pasado 13 de enero, lo merece, por tratar un tema juvenil.
El 21 de octubre, Middrey Reyes contaba que su hijo Yaumel Tamayo Reyes, licenciado en Psicología de la Salud, fue ubicado, para su adiestramiento y servicio social, en el Policlínico Este, de la ciudad de Camagüey. Y lo primero que le dijeron al joven era que «estaba en exceso en la institución y en la provincia». Lo movilizaron en la campaña contra el mosquito, para avisar en las viviendas la posterior fumigación.
Yaumel contrajo dengue y estuvo en cama diez días. Al reincorporarse, la directora del policlínico le ordenó realizar labores de fumigador con una mochila, algo que el muchacho no despreciaba, pero que no fue para lo que estudió. El joven se negó a la tarea. Pensó buscar empleo en otra parte, y encontró trabajo en Educación como psicopedagogo. Pidió baja en el policlínico, y la directora del mismo le dijo que le iba a aplicar la medida de separación del puesto de trabajo por su negativa.
«Es una medida que mancha su expediente —decía Middrey— y puede afectar toda su vida laboral. ¿Cómo, si el servicio social es para que le enseñen, lo guíen y lo preparen para su vida laboral? Lleva ya un mes, y no sabe lo que es un paciente, no tiene plan de trabajo, solo la tarjeta de entrada y salida. Está desilusionado profesionalmente».
Responde el doctor Fernando González Isla, director de Salud en Camagüey, que la comisión creada entrevistó a Middrey y a Yaumel, a la directora del policlínico y a la jefa de Recursos Humanos de ese centro, así como revisó el expediente laboral del egresado.
Precisa que «el reglamento sobre contratación, ubicación, reubicación, promoción, inhabilitación y suspensión temporal de profesionales y técnicos graduados en la Universidad de Ciencias Médicas, establece que pertenecen a una plantilla de cargos única, la reserva, y garantiza continuidad, sostenibilidad y vitalidad de los servicios».
Agrega que «el traslado hacia otra área de trabajo se realiza por interés del empleador, sin causar afectación salarial y sin exceder el término de hasta 120 días; pasado ese tiempo no puede extenderse a más sin el consentimiento del trabajador».
El tema, apunta, se evaluó con la directora del policlínico, el Departamento de Asistencia Médica y Recursos Humanos del centro, «analizando causas y condiciones para evitar que se reitere el problema con otro trabajador, y se adoptaron medidas organizativas como el asesoramiento en el tratamiento para las movilizaciones según la legislación vigente, y los procedimientos que se deben seguir con los recién graduados para asignarles tareas».
A la técnica de Recursos Humanos, anota, se le aplicó amonestación pública ante el Consejo de Dirección, y se analizó a la subdirectora de Asistencia Médica en la Comisión de Cuadros.
Sobre la baja para trasladarse, expuso que el recién graduado de la Universidad de Ciencias Médicas debe cumplir su servicio social donde ha sido ubicado, bajo las condiciones que establece el contrato de trabajo.
Acota que «la unidad procedió de forma correcta en cuanto a la movilización de los técnicos y profesionales de la medicina», pues «está contemplado dentro de la legislación vigente»; pero «hubo mal proceder al no confeccionarse el suplemento al contrato para la movilización, y no establecer la correcta comunicación y orientación al joven, sin un adecuado trabajo educativo, sobre la importancia de la tarea a partir de la situación epidemiológica que atraviesa la provincia».
E informa que en esa tarea están participando 14 trabajadores de ese perfil, y Yaumel estuvo conforme con la respuesta: está incorporado a la campaña, aunque Middrey no entiende que un recién graduado pase a ejercer otras funciones ajenas a su profesión.
Esta historia debe sentar precedente: la Ley ampara a la dirección a movilizar a un adiestrado en la campaña. También los primeros meses del adiestramiento son decisivos para el emprendimiento en la profesión del joven egresado, al punto de frustrarlo. En todo caso, hay que convencer más que vencer.