Acuse de recibo
Pido disculpas a los lectores si el título es demasiado irreverente, pero hay casos que, de tan absurdos, mueven a la risa, aunque en el fondo lo que uno desee es gritar de dolor ante el burocratismo y la ineficiencia. Lean y juzguen ustedes mismos...
El capitalino José Antonio García Pla (Avenida tercera, No. No.13, entre 6 y 7, Reparto Chibás, Guanabacoa) llevaba días tratando de reservar por teléfono para la visita dirigida al Capitolio que promueve el programa Rutas y Andares, de la Oficina del Historiador de la Ciudad. Finalmente, el lunes 3 de agosto pudo conectarse y...
«A las 8:50 a.m. logro comunicar y me dicen que las reservaciones son a partir de las 9:00 a.m. Logro comunicar a las 9:30, me toman los datos muy amablemente y les digo que mi esposa está sentada a mi lado para que les dé sus datos. Me responden que la llamada es personal y que ella debe llamar para reservar. A pesar de mis reclamos se negaron y volvimos a coger llamada a las 10:35 a.m.; entonces nos dijeron que ya no había reservaciones, a pesar de que mi esposa les dijo que yo estaba en la lista: no entendieron. (…) ¿Qué medida u orientación puede limitar la visita a un museo de una sola persona? ¿Por qué, si es por teléfono, no se pueden dar los datos del resto de las personas que van con el que realiza la reservación?»…
Afectada por varios problemas en su vivienda, la habanera Miriam Álvarez García (Edificio A36, apto 12, zona 4, Alamar, La Habana del Este) se encaminó a la Dirección Municipal de la Vivienda, específicamente al Grupo de Diagnóstico del Área Técnica.
«El día jueves 30 de julio del 2015 fue mi última visita al lugar. Coincide que ese día en el Noticiero Nacional de Televisión transmiten un reportaje, en el cual un funcionario de la Dirección de Vivienda del municipio capitalino de Marianao, daba respuestas a las inquietudes de la población. Expresó que en el departamento en cuestión (Grupo de Diagnóstico del Área Técnica de la Vivienda) se demoraban las gestiones porque solamente existía un técnico por cada consejo popular, por lo que la población se quejaba de la demora en la solución de los problemas.
¿Se imaginan qué está sucediendo en La Habana del Este que de una plantilla de 8, existen 0 técnicos? ¿Cuál será el destino de esta población que tiene que conformarse con que se reporte el daño y no exista la posibilidad de quien realice el dictamen de daños y afectaciones? ¿Cómo puede calificarse la atención (…)? Creo que las autoridades deben hacer un análisis en este sentido y evitar las molestias».
El tercero de estos flashazos de la inoperancia llega desde Mayabeque, específicamente desde Calle A, Edif. 1, Apto. 4, entre 9 y 11, Bejucal. Lo remite Emilio Néstor Lorenzo Surí, quien acompaña su misiva de varias imágenes bastante elocuentes.
«Desde hace más de cinco años el puente de Calabazar fue demolido para emprender la construcción de uno nuevo. He venido fotografiando el desarrollo de la obra desde hace aproximadamente dos años. Unos días atrás observé que ya, aparentemente, estaba concluida la obra y estaban circulando algunos autos por él; (…) días después se prohibió la circulación por el mismo, situándole barreras. Quisiera saber cuál es la causa por la que esta obra, aparentemente terminada, no puede estar en uso. Si fueran tan ambles los responsables de dar alguna información al respecto. Gracias».