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Cartas para la sección Acuse de Recibo. Autor: Archivo de JR Publicado: 21/09/2017 | 05:37 pm

¿Se estará repitiendo este redactor, o serán ciertas evidencias de la realidad las que describen el mismo trazo, en aproximaciones sucesivas? Esa pregunta siempre me la hago ante cada corte evaluativo del nivel de respuestas institucionales a las quejas y demandas de nuestros lectores publicadas en Acuse de Recibo.

Esta vez incursionamos en la etapa comprendida entre el 16 de mayo y el 15 de octubre de 2013. Dejamos un período de gracia de más de 60 días, de manera que, antes del cierre del año, las entidades tuvieran un margen considerable para cumplir con el deber elemental de responder a tiempo a nuestros lectores.

Y vale destacar que el nivel de quejas publicadas que fueron respondidas, el cual había registrado un 78 por ciento en el período precedente, esta vez alcanzó un 85. Análisis cuantitativo mediante, podemos concluir que hay un avance en tal sentido.

El 48,5 por ciento de las cartas recibidas en la etapa provenían de la capital del país. Y el tema más acusado, la situación de la vivienda en Cuba, sigue siendo el número 1, con un 18 por ciento de las misivas recibidas. En orden decreciente, le siguen los problemas laborales y de recursos humanos, asistencia y seguridad social, salud pública, asuntos de acueducto, transporte, servicios eléctricos, telefonía, calidad de los servicios, sistema judicial y maltrato o engaño al consumidor. Estos diez temas ocupan el 58 por ciento de la correspondencia recibida.

Más allá de los números vistos así, globalmente, el problema esencial que reflejan estos cortes es que, por lo general, las entidades estatales suelen descubrir los problemas que les atañen mediante la revelación de las quejas aquí. Y cuando ya se publican las denuncias, es que crean comisiones para investigar lo que debieron haber detectado a priori, si tuvieran eficaces y sistemáticos mecanismos de control y fiscalización.

Entonces, los niveles superiores de la entidad descienden al escenario del conflicto y, espoleados por las urgencias de la revelación pública, adoptan medidas generalmente administrativas con los responsables directos: separación del cargo o de puesto de trabajo (más de puestos que de cargos) y amonestaciones públicas o en los Consejos de Dirección.

Así, se produce un reciclaje de personas allí en donde se genera el problema. Sustituciones de unos por otros. Pero casi siempre no se aborda el problema desde su raíz, a partir de ciertas preguntas imprescindibles: ¿Por qué se registran esos fiascos? ¿Por qué los mecanismos de control son tan débiles que se burlan sistemáticamente? Quienes sancionan a la luz de las denuncias, ¿no debieran revisarse y «autosancionarse» por no detectar los problemas que están minando a sus entidades subordinadas? ¿Qué debilidades estructurales o funcionales de esa organización estatal, o incluso del diseño de nuestra economía y sociedad, están generando tales distorsiones y dislates? ¿Qué se va a hacer en lo adelante, para evitar que el problema resurja?

Esas preguntas se responden bastante poco en el recetario de las entidades cubanas para cumplir con Acuse de Recibo, aunque habría que reconocer que hay instituciones más profundas y acuciosas que otras a la hora de asumir las respuestas.

Pero no hay que obnubilarse por el hecho de que haya aumentado el porcentaje de respuestas a las quejas publicadas en este período. El asunto no es de números, sino de calidad y enfoques. El asunto es que esta modesta columna, con sus avatares, revela de todas formas las insuficiencias de la gestión administrativa de muchas entidades en el país, que van a la zaga de los hechos, con curitas, remedios y parches. Y sobre todo con mucha retórica consignista.

Feliz el día en que se inviertan los términos. Sí, que todos los controles, investigaciones y comisiones sean preventivos y sistemáticos, con la participación de los trabajadores y la ciudadanía. Y que las cartas sean para revelar cómo aquí, allá y acullá, resolvieron tal asunto, rebasaron tales cotas y erradicaron tales conflictos, en bien de la gente. Eso es respeto y devoción al ciudadano. Qué lejos estamos, pero soñar no cuesta nada.

Respuestas institucionales a quejas más representativas publicadas entre el 16 de mayo y le 15 de octubre de 2013 (recibidas hasta el 24 de enero de 2014)

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