Acuse de recibo
El pasado 24 de octubre esta sección alertaba de la total incomunicación telefónica de los residentes en cayo Carenas, en medio de la anchurosa bahía de la ciudad de Cienfuegos, desde que en mayo último se averiara la única telefónica pública existente allí.
Explicaba la carta del cienfueguero Iván García Gutiérrez que la queja se había canalizado con Etecsa en varias ocasiones, y también con el Gobierno municipal, pero hasta ese momento no había aparecido solución alguna.
Iván argumentaba que en ese cayo viven personas, y que su única comunicación con la ciudad es por medio del transporte marítimo, el cual presenta un servicio inestable debido a la situación técnica de los barcos.
«Sabemos y entendemos la situación económica del país —razonaba Iván—, pero hay casos y casos. Y este, por el lugar señalado, debería ser priorizado. Los compañeros de Etecsa nos plantean que la solución debe ser aprobada a nivel nacional. Pero todo indica que no está en los planes del año. ¿Qué hacen los que viven en cayo Carenas después de las seis de la tarde, cuando pasa el último barco, si se presenta una urgencia?».
Al respecto responde la licenciada Tania Velázquez Rodríguez, directora central de Comercial y Mercadotecnia de Etecsa, que la instalación pública averiada en cayo Carenas es un servicio público de la modalidad centro agente, a nombre de Isora Oliva Gutiérrez, madre de Iván, para darle cobertura a 18 viviendas y 21 residentes en el lugar, según datos de la oficina territorial de Estadísticas e Información de Cienfuegos.
«Por su naturaleza aislada —precisa—, y con la agravante de que por ser un cayo no tenía sistema eléctrico, sino un grupo electrógeno que trabajaba determinada cantidad de horas al día, en 2005 se procedió a buscar alguna vía de comunicación».
Refiere que entonces Etecsa disponía de equipamiento inalámbrico conocido como sistema WLL. Y a pesar de que la visibilidad entre ese punto de la bahía y la torre donde está instalado el sistema no era suficientemente buena, y ante la imposibilidad de aplicar otras modalidades, se decidió como única alternativa colocar el mismo, a sabiendas de que, por su obsolescencia técnica, era difícil mantener el servicio.
El sistema —aclara Tania— se mantuvo funcionando gracias a la intervención del personal técnico del territorio, pues la mayor complejidad radica en la falta de repuestos para la reparación. Y la localización de estas en el mercado internacional es prácticamente nula.
«Esas condiciones técnicas —subraya la directiva—, unidas a las características del lugar, no garantizan la inmediatez en el acceso para su reparación. Precisamente Iván García, quien es ingeniero termoenergético, siempre ha cooperado con el personal técnico de Etecsa en la solución de las averías.
«La última interrupción se reportó en mayo. Sin embargo, aunque con dificultades, se mantuvo cursando tráfico hasta el mes de julio».
Apunta Tania que, ante la falta de piezas y equipamiento WLL, Etecsa ha encontrado alternativas de solución puntuales. Y la más idónea es la sustitución del sistema referido por la red fija tradicional allí donde las posibilidades técnicas lo han permitido.
Pero esta solución no se puede aplicar en cayo Carenas por su situación geográfica. Por ello se aprovecharon los componentes de servicios ya desconectados existentes en la división territorial, y se sustituyeron los más dañados del terminal de la vivienda, posibilitando —según confirmó la responsable del centro agente— que se haya recuperado la comunicación de los pobladores de cayo Carenas con el exterior, de manera ininterrumpida y con mayor calidad.