Acuse de recibo
«Aunque había esperado un año y nueves meses y las condiciones de la garantía eran bastante duras para un bien de tanto valor (dos meses para la carrocería, las gomas y la batería y dos mil kilómetros para el motor, la caja de velocidad y la transmisión)», Hipólito Peralta Benítez se sintió satisfecho cuando el 12 de marzo de este año recogió su auto Lada 2107.
Aquel día salió confiado de la Empresa de Servicios y Comercialización de Equipos Automotores y de Manipulación de Cargas (Moncar), con el carro que la Empresa de Seguros Nacionales (ESEN) le otorgaba como reposición. Más allá de que el vehículo fuera de uso, estaba aparentemente en buenas condiciones, evoca el remitente: pintura y tapizado recientes, con muchos agregados nuevos en la carrocería y el motor…
Ah, pero otros problemas no dejaron a este avileño, residente en Eduardo Mármol No. 88, entre H. Castillo y Maceo, en la cabecera de la central provincial, disfrutar demasiado al volante. Casi saliendo de Moncar comenzaron los dolores de cabeza.
«En el trayecto hacia las dependencias del Registro de Vehículos se trancó una rueda delantera. Al sacar el gato para tratar de resolver el problema, este soltó un pasador. Antes de salir para la provincia de Ciego de Ávila ya no funcionaban las luces direccionales e intermitentes y se apreciaba un leve salidero de líquido de freno en la bomba del cloche», relata el lector.
Todos estos le parecieron, no obstante, inconvenientes menores que, además, no estaban respaldados explícitamente por la garantía del contrato de compraventa con Moncar. Sin embargo, el asunto iba a peor.
Sobrevinieron entonces «un consumo excesivo del agua de enfriamiento del motor, sin que pudiera encontrar ningún salidero y ruido en el rodamiento del cloche. Una operación quirúrgica me impidió ocuparme de esos problemas por varios días. Por fin el 10 de abril llamé por teléfono a Moncar, pero el compañero que atiende los servicios de garantía no se encontraba», narra el avileño.
A partir de esa jornada, cuenta Hipólito que llamó diariamente a la mencionada empresa, los días laborables, hasta que el 15 de abril logró contactar con el especialista Raúl Torres Pérez, quien le explicó el procedimiento para recibir el servicio de garantía...
El empleado se comunicaría con el representante del proveedor del vehículo y le informaría de la reclamación. El afectado debía esperar a que se comunicaran con él para llevar el carro a una entidad del proveedor en la provincia, refiere.
«A partir de esa fecha, de manera insistente por vía telefónica… y por correo electrónico… he reclamado sobre cuándo y dónde se realizará la evaluación de los problemas del vehículo y hasta el momento la respuesta es la misma: que debo esperar».
Añade el lector que desde la primera vez que estableció comunicación con Moncar para solicitar el servicio de garantía del auto adquirido, han transcurrido más de 45 días. «Hoy me encuentro en la misma situación inicial —expone—; ningún funcionario se ha comunicado conmigo para darme una información exacta sobre la fecha y lugar en que podré llevar el auto para que evalúen los desperfectos técnicos que me impiden su utilización».
Según cálculos hechos por el propietario, ha dejado de explotar su Lada durante más del 30 por ciento del tiempo de garantía que le dio inicialmente Moncar para la carrocería, los neumáticos y la batería. Y así, cuando tal vez se solucionen los daños que comenzaron a hacer «ruido», si asoman la cabeza otros, será demasiado tarde para una reclamación.
¿Cuándo se hará realidad tanto eslogan que anda por ahí en torno a la eficiencia y la satisfacción de los clientes?