Acuse de recibo
El pasado 31 de agosto, desde Puerto Padre, Las Tunas, Enrique Torres elogiaba la política de créditos bancarios para que el ciudadano compre materiales de construcción y pague la mano de obra, con vistas a resolver por sí mismo sus problemas de vivienda, y no depender del Estado.
Al propio tiempo, señalaba la inquietud en torno a que, al menos en su municipio, solo se otorga crédito mediante cheque bancario. «Un cheque que te obliga —decía— a comprar en la tienda de materiales, donde casi nunca hay lo que necesitas; o en las tiendas recaudadoras de divisas».
Enrique concluía: «¿Se ha tenido en cuenta que los trabajadores por cuenta propia elaboran materiales de construcción, que venden a precios más asequibles?».
Hoy responde José L. Alari, presidente del Banco Popular de Ahorro (BPA), que dos directivas de esa entidad visitaron a Enrique. Y se esclareció que para la compra de materiales de construcción en la provincia de Las Tunas, las entidades del Ministerio de Comercio Interior y tiendas recaudadoras de divisas aceptan como medio de pago el cheque de gerencia, mediante el cual también puede pagárseles a los trabajadores por cuenta propia.
Aclara que también puede optarse por el crédito en efectivo, siempre que las circunstancias del uso lícito del mismo lo recomienden y el cliente, no obstante las ventajas y seguridad del cheque, insista en utilizar aquella vía.
Precisa Alari que Enrique había recibido esa explicación cuando asistió a la sucursal correspondiente del BPA, y lo reconoció. Y agrega que los medios locales de prensa en Las Tunas han difundido ampliamente aspectos relacionados con los créditos para ese fin.
Agradezco la esclarecedora respuesta del Presidente del Banco Popular de Ahorro quien, dicho sea de paso, siempre está presto a responder las inquietudes y problemas de los ciudadanos.
Un dramático giro, sin solución hasta el momento, ha dado la vida de Mercedes Rico Lamas (Ignacio Clemente No. 17-A, entre Aranguren y Barruti, Reparto D’Beche, Guanabacoa, La Habana).
La remitente es Licenciada en Defectología, y laboraba en la escuela especial Mártires de Regla, y su salario era de 750 CUP, por la especialidad, el título y la antigüedad. Pero se vio precisada, como hija única, a solicitar la baja de su trabajo cuando su padre de 81 años no pudo asistir más a la Casa del Abuelo, como consecuencia de una demencia senil avanzada.
Mercedes fue a la Dirección Municipal de Trabajo, y allí le informaron que es el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social el que aprueba una plaza de cuidadora en su hogar, previa solicitud del Ministerio al cual ella pertenece.
No obstante, la hija se dirigió a Asistencia Social a solicitar al menos un hogar de ancianos donde cuidaran a su padre de lunes a viernes, para ella poder trabajar. Y la respuesta fue negativa, dado que la cola de solicitudes para ese servicio es enorme y ella es hija hembra.
Precisa Mercedes que su papá recibe una chequera de 250 pesos; y con ese ingreso tienen que solventar la alimentación, los medicamentos, la electricidad y el agua.
Como si fuera poco, ella posee un crédito bancario para el pago de los efectos electrodomésticos renovados por la Revolución Energética. Ya en estos momentos tiene deudas en tal sentido, pues no tiene entradas económicas para abonar al Banco.
Mercedes ha intentado ventilar su situación en el Gobierno municipal, pero no lo ha logrado las veces que ha podido dejar a su papá con algún vecino. «¿De qué vivo? ¿Qué entidad gubernamental pudiese ayudarme en la solución del problema, para yo trabajar? Solo pido trabajar en mis condiciones, no que el Estado me mantenga ¿Qué debo hacer?».
Los casos vulnerables hay que verlos con lupa, y mirada muy puntual; para buscarles al menos, si no es posible una solución definitiva, un paliativo.