Acuse de recibo
La criolla expresión que titula hoy esta columna grafica muy bien lo que les ha pasado por encima a la tranquilidad y la higiene ambiental en torno a los vecinos de Carretera Central entre Cuarta y Quinta, en la ciudad de Santa Clara.
La denuncia la hace uno de los sufrientes, Yuniel Sotelo, quien refiere el suplicio que viven, como consecuencia de que, inconsultamente y sin sopesar los daños colaterales, emplazaron en esa cuadra una piquera de cocheros.
«¿Se imagina vivir en un lugar donde diaria y obligatoriamente debe levantarse a las seis de la mañana, por los gritos de los cocheros? ¿Se imagina vivir en un lugar donde, cuando cae la noche, pozos de orine y heces fecales invaden su acera? ¿Imagina vivir en un sitio donde, para cruzar la calle, debe llegar hasta la esquina, porque no le permiten pasar? ¿Imagina vivir en un lugar donde teniendo un jardín le arranquen sus flores, que usted mismo sembró, o le tiren allí heces de los caballos?
«¿Se imagina criar a sus hijos o nietos en un lugar donde escuchen diariamente palabras obscenas o vea a diario maltratos a los animales con tubos, o lo que se encuentren a mano? ¿Cómo se sentiría usted si todas las personas que fueran a visitar a su casa lo primero que comentan es acerca del mal olor que tiene dentro de su vivienda a causa del orine tanto de caballos como de los dueños, que realizan sus necesidades en nuestros muros? ¿Le gustaría a alguien que cuando el viento soplara trajera heces fecales de caballos?», pregunta Yuniel.
Por si fuera poco, señala el lector que esa es la arteria más transitada en Santa Clara, especialmente en horario matutino. Es un verdadero caos, entre paradas de ómnibus, punto de recogida de pasaje, camiones de porteadores privados, bicitaxis… y carretones.
Súmele que la acera, con solo tres meses de construida, ya se encuentra rota. La calle, acabada de asfaltar, está llena de baches. Y como los cocheros deben pagar para que les saquen de las bolsas las heces fecales de los caballos, es más cómodo para ellos lanzarlas al piso.
«Al final, como los he oído decir —afirma—, ellos no viven ahí. Todas las casas poseen parqueos; así que imagine usted la odisea de tratar de sacar un auto a las siete de la mañana o en horario pico (se llegan a reunir 30 o más carretones). Se molestan y todo, y al final se comportan como si la calle y la acera fueran de ellos porque pagan patente».
Apunta Yuniel que los vecinos se han quejado al Gobierno local, pero nada se ha resuelto. Aun cuando existen evidentes alternativas de situar esa piquera en áreas de menor tráfico, inhabitadas y con tragantes para el orine de los caballos, todo sigue igual. «Y como a nadie más le molesta, seguimos afectados y enloqueciendo».
Escribe Rogelio León García, jefe de la Oficina de Atención a la Población del Ministerio de la Industria Básica (Minbas), para informar que ese organismo ha decidido dar mayores facilidades a quienes quieran trasladarle solicitudes, quejas, denuncias y sugerencias.
Junto al correo postal tradicional que pueden utilizar los clientes, ahora el Minbas ha habilitado la dirección de correo electrónico: apoblación@oc.minbas.cu con ese objetivo.
Vicente Rodríguez Galano (Calle 24 Nro. 413, entre 23 y 25, Vedado, La Habana) dice que el cemento en CUP anda «desaparecido» hace unos días. Y por ello, el jueves fue a la ferretería de la tienda Carlos III a adquirirlo en CUC.
«Cuál no sería mi asombro, refiere, al comprobar que tampoco había en CUC. Pero al salir de la tienda, alguien estaba proponiendo a 8,00 CUC la misma bolsa que el Estado vende a 6,60 CUC.
«Si usted visita otros centros estatales o particulares, podrá percatarse de que no solo con cemento se especula. Estoy aburrido de leer denuncias sobre estas situaciones; trataré de no aburrirme de denunciarlas. Espero que se tome partido ante tanta impunidad y desorden».