Acuse de recibo
El pasado 28 de marzo, esta columna reflejó la historia de la lectora Caridad González en el centro comercial FOCSA, de la capital, perteneciente a CIMEX.
El 18 de marzo de 2010 Caridad adquirió en esa tienda un paquete de perros calientes y dos de hamburguesas que, lógicamente, goteaban. Pero no había bolsas para envasarlos. La compradora solo atinó a preguntarle el porqué a la cajera. Y esta solo hizo el ademán de devolverle el dinero y recoger la mercancía «de forma desafiante, como si tuviera toda la razón del mundo», describía la lectora.
Caridad le insistió en cómo era posible que allí no hubiera bolsas, si en el mercado agropecuario de 17 y K, a solo unas cuadras, las vendían a 50 centavos cada una. La cajera se encogió de hombros y le dijo que ese no era su problema, al igual que el portero. «¿Hasta cuándo hay que aguantar el maltrato y la prepotencia de algunos trabajadores de tiendas en divisas?», preguntaba finalmente la lectora.
Al respecto, responde Blanca Gálvez, gerente general de la Sucursal Ciudad Habana Centro, de la Corporación CIMEX, que una comisión integrada por el jefe de Supervisión de dicha sucursal, el administrador del Centro Comercial FOCSA y la jefa de piso, se personó en la casa de Caridad y le dio una satisfacción por el incidente, al tiempo que le informaron que la cajera y el portero de la historia fueron amonestados públicamente.
Le explicaron, agrega, la situación existente con las bolsas y las gestiones realizadas por CIMEX para dar solución al problema de abastecimiento que confrontan con las mismas. Y le reafirmaron el repudio que siempre tendrán las conductas inapropiadas de cualquier trabajador de CIMEX para con los clientes.
El administrador del centro comercial, Alexander Torres, especificó que cuando se den casos de maltrato u otro motivo de insatisfacción, se le localice allí mismo, pues tanto él como los miembros del Consejo de Dirección están siempre disponibles para atender a los clientes.
Agradezco la respuesta y la atención dada. Pero no puedo obviar la insatisfacción que genera el no esclarecimiento en la respuesta del elemento básico: ¿Por qué no hay bolsas? ¿Es ocasional o frecuente? ¿Cuáles son las acciones de CIMEX para solucionar el problema?
Cuando un directivo responde aquí la inquietud o la denuncia de un ciudadano, de alguna manera también le está rindiendo cuentas a la opinión pública, al resto de los cubanos que siguen los avatares de la sección, quienes pueden tener similares preocupaciones.
Adriana Mock (10 de Octubre 253-A, entre Habana y Maceo, Santiago de Cuba) escribe para revelar irregularidades con la leche en polvo que se vende por la libreta de abastecimiento, al menos en su bodega. Sí, aunque Cuba avanza hacia el autoabastecimiento de leche con producción local, aún muchos niños, como la hija de Adriana, dependen de la importación de leche en polvo.
Refiere la santiaguera que, en varias ocasiones, la leche en polvo ha llegado con retraso a su bodega. La madre no comprende la razón del porqué, sabiendo cuánto invierte nuestro Estado para priorizar a los niños.
«He sido testigo en varias ocasiones —dice— del hecho de que el administrador de la bodega se queda en horario de su descanso a la espera infructuosa de que llegue el alimento. En abril la leche para niños llegó planificada por 15 días: desde el primero hasta el 15. El 16 no arribó; y el 17, sábado, el administrador estuvo esperando el producto, hasta que llegó a las 6:00 p.m.».
La bodega donde compra Adriana es la 003, y la Oficina de Consumidores a la cual pertenece su núcleo familiar es la 1330. Ella no concibe tal bache, si todo está planificado. «¿Qué sucede con la distribución? ¿Qué respuesta le doy como madre a mi hija de 19 meses cuando me pide la leche? ¿Qué respuesta me doy a mí misma?».