Acuse de recibo
Bastante tienen las familias que han sufrido los errores, imprecisiones y descuidos ajenos, en el proceso de cambio de los efectos electrodomésticos, como para permanecer en la nebulosa de la incertidumbre y la desinformación institucional.
Lo sostengo, porque llegan cartas elocuentes, como la de Yohan Lestón Lee, vecino de calle G número 11217, entre Tercera y Cuarta, en el reparto Miraflores Viejo, del municipio capitalino de Boyeros.
Cuenta Yohan que su refrigerador estaba censado desde 2005. Y el 18 de julio pasado, dos trabajadores sociales y un representante de su CDR verificaron finalmente que el equipo estaba funcionando. Al siguiente día, su «frío» fue montado en el camión para llevarlo al depósito. Y Yohan esperó impaciente el nuevo. Pero retornó el antiguo, «porque supuestamente mi equipo no estaba en el plan de cambios. Y por mala manipulación, lo rompieron», nos informa.
De inmediato, Yohan les reclamó a quienes efectuaban el cambio, y para colmo le sostuvieron que su equipo no funcionaba de antemano, negando soberanamente su palabra y la de los testigos del CDR. Posteriormente, fue a denunciar el problema al gobierno municipal de Boyeros, pero aún continúa sin recibir respuesta de allí ni de ningún otro responsable.
Otro tanto sufre Marlene Agramonte, quien reside en Calzada de Vento 6353, apartamento 16, entre Embil y Entrada, reparto Embil, en el municipio capitalino de Boyeros. Cuando comenzaron a cambiar los refrigeradores en su cuadra, en el listado pertinente no aparecía registrado el suyo. Solo figuraba, y como roto, el de su hermano.
Marlene le explicó a la trabajadora social que el de su hermano estaba sano, al igual que el suyo; y que eran dos núcleos divididos en una misma vivienda. Pero la causa del error era que el censo lo había hecho mal el presidente del CDR: él mismo lo reconoció. Todas las gestiones hechas arrojan que deben esperar a la segunda vuelta, pero nadie sabe cuándo será. «¿Qué culpa tengo yo de que el presidente de mi CDR no haya hecho el censo adecuadamente solo en mi caso?», cuestiona ella.
Situaciones similares reporta con el cambio de su refrigerador Ramona Díaz Santos, de calle 120 número 11301, entre 113 y 119, reparto Toledo, en el municipio capitalino de Marianao.
Y está el caso de Elena Ávarez Barreto, quien no ha tenido suerte con las listas para renovar su equipo de aire acondicionado. Ya dentro de poco va a hacer un año que espera por esa segunda vuelta que nadie sabe cuándo será.
Rebeca Fernández, de calle B, entre C y María del Rosario, en el reparto Torreblanca, de la ciudad de Camagüey, sí cambió su refrigerador por uno nuevo, pero este hace dos meses que está roto por problemas del filtro. Lo reportaron al consolidado que les pertenece, pero no hay filtros por ahora. En el poliservicio les plantean que tienen problemas con las piezas de repuesto asignadas por DIVEP. Luego llegaron filtros, pero no alcanzaban para los equipos reportados con ese problema. Al fin tuvieron filtros, pero no contaban entonces con el nitro para destupir las tuberías. Cambian el filtro corriendo el peligro de que se tupa y sea necesario volver atrás.
«El poliservicio —apunta Rebeca— no cuenta con transporte para las visitas. Tampoco les dan piezas de repuesto suficientes, ni suficientes refrigeradores para prestar; lo que hace que quienes tengan roturas en los refrigeradores cambiados luego de las 72 horas, incurran en las molestias que pasamos».
Como toda tarea masiva y tan abarcadora, el cambio de equipos electrodomésticos, que ha sido un éxito de la política de racionalidad energética y en la satisfacción de la familia cubana, ha tenido sus desaguisados puntuales aquí, allá y acullá. No es para alarmarse tampoco, pero lo que sí debe haber es un tratamiento a esos casos afectados, que pase por la información precisa y por la solución personalizada y a tiempo. Una atención que despeje la incertidumbre de meses y meses.